"Epilogo."

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(Marzo 15 de 2014 Cd. De México.)

(Doctor David Ramírez Cortez.)


Tres días después tal y como ella había dicho el notario se presente para hacerme entrega de todo lo que ella poseía en este mundo, que era la funeraria y una gran cuenta bancaria.


Pase los siguientes años viendo a mis amigos felices y a sus hijos crecer a quienes quería como a mis propios hijos, con la fortuna que Tasia me había dejado hice fideicomisos para ellos a fin de que al ser mayores pudieran hacer sus sueños realidad.


Tal y como Tasia quería me hice cargo de la funeraria y de mi consulta, pues se lo había prometido, sus empleados sabían hacer su trabajo a la perfección y era una de las funerarias mas solicitadas de la ciudad.


Cada año me tomaba unos días para ir a todos aquellos lugares a los que durante poco menos de un año viaje con Tasia ya fuera de luna de miel, o de vacaciones o un simple fin de semana, recordando así los bellos momentos a su lado.


Tal y como ella me mostro los chicos crecieron y comenzaron a triunfar, gracias al apoyo de Esteban o mío pues no pensaba dejar sola a mi familia.


Un día cuando el pequeño David ya como médico perdió a su primer paciente, tal y como me había enseñado Tasia le entregue mi diario, mejor dicho todos mis diarios, pues en el transcurso de mi vida había escrito muchos de ellos, y le hice comprender a la muerte como ella lo hizo conmigo. Y le dije

-Un día cuando ya no este aquí y pierdas un paciente, sentirás un beso en tu frente, seré yo reconfortándote, disculpándome por tener que llevármelo conmigo a donde ella esta.- se que el no entendió mis palabras en este momento, pero ya lo hará en su momento.


Un día muchos años después, de su partida, un día especialmente agitado en el hospital por un horrible accidente, sentí un dolor en el pecho tras atender la ultima emergencia.


Di unos pasos y caí al suelo, podía escuchar las voces a mi alrededor, eran el equipo médico de emergencias.


Los vi tratando de ayudarme, más yo solo la buscaba a ella a mi alrededor. No sentía dolor, no sentía nada todo mi cuerpo estaba dormido, les escuche decir que estaría bien si pasaba la noche, que había sido un leve infarto.


Esa noche recibí las visitas de Alejandro, Amanda, Esteban y Violeta, así como la de los muchachos que solo me decían

-Por favor Tío David descansa y ponte bien, te queremos mucho.

-No te preocupes Pequeña Tasia, tu eres una gran escultora y tendrás éxito en todas tus exposiciones, mas si las organiza tu Tío Esteban. Y Tu Violeta serás una reconocida escritora yo lo sé. Pequeño David, sé que ya estas grande para que te llame así, pero sabes que te quiero hijo. Recuerda mis palabras y nunca olvides.

-Si tío, no te preocupes, por favor duerme que todo estará bien por la mañana. Yo estaré a qui a tu lado.


Sentó como los ojos se me cerraban y tan solo un segundo después escuche su voz decir.

-Lo vez amor, ahora tu y yo estaremos juntos por siempre.

-Ya sabía que cumplirías tu promesa, sabía que vendrías por mí.

-No pensaba incumplirla, te he extrañado mucho.

-Y yo a ti, pero me duele dejarlos solos van a sufrir?

-No amor, ellos saben que ahora estas conmigo, solo lloraran un poco por tu partida, más les recordaremos que ahora estamos juntos y que eres feliz.


Tal y como Tasia me decía pude verlos a todos antes de partir, si estaban llorando en silencio, más sabían que estaba en un lugar mejor, en uno en el que estaba con mi amada Tasia.


Yo había dejado organizados todos mis papeles, y en mi testamento deje todo lo que poseía a todos los chicos, más fue el pequeño David quien se hizo cargo de la funeraria mudándose a vivir al departamento donde había vivido por más de cincuenta años. Pues había muerto a la edad de ochenta y dos años.


En mi testamento había una clausula especial para el pequeño David, recordándole mis palabras

-David, eres un gran médico, y también sé que sufres cuando pierdes a un paciente, pero recuerda, la muerte es a veces una bendición más que una maldición; así que recuerda, cuando pierdas un paciente y sientas un beso en tu frente, seré yo reconfortándote, disculpándome por tener que llevármelo.


Meses después cuando esto sucedió y cumplí con mi promesa, vi como el pequeño David, solo caminaba a su consulta en donde tenía una fotografía mía con Tasia, la única que existía, tomada el día de nuestra boda y decía.

-Se que has venido Tío, descansa, que todo esta bien, comprendo que a veces es mejor la muerte pacifica o dolorosa a una vida larga llena de amarguras.


Solo pude sonreír y darle un nuevo beso en su frente, el sería un gran médico. Fui a donde Tasia y la pobra alma que recogíamos me esperaban, para irnos a donde solo hay luz, paz y tranquilidad.




Fin.

Enamorado de la Muerte  #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora