𝚃.𝟷|𝙲𝙰𝙿.𝟷𝟹|𝙼𝙾𝚁𝙸𝚁𝙸𝙰 𝙿𝙾𝚁 𝚃𝙸

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Advertencias: El siguiente capítulo contiene escenas sexuales semi explícitas, los personajes involucrados son mayores de edad y actúan bajo su voluntad y consiencia.

 No estoy a favor de las infidelidades bajo ninguna circunstancia. 

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El profesor Ackerman me sostenía entre sus brazos cálidos, podía inhalar el aroma de su loción y sentir la suavidad de su piel en contacto con la mía. Mi corazón latía a toda velocidad, sin embargo, me sentía tranquila, segura, como si nadie pudiese lastimarme en ese momento. 

— ¿Esto está mal? — pregunté con un hilo de voz.

— No lo sé — respondió Levi en el mismo tono. 

— Petra es una buena persona — dije apartándome de él, yo sabía del amor que ella tenía hacia Levi, lo emocionada que estaba por casarse con él, ¿Por qué acepté venir con el a su habitación? cuestioné. 

Me aparté de él a costa de mis deseos de quedarme ahí y caminé hacia la puerta con toda la resolución de marcharme, en ese momento, el me tomó de la mano e impidió que siguiera avanzando. 

— Lo lamento...

Las ganas de llorar se hacían más intensas acumulándose en mis ojos, el aire no entraba con facilidad a mis pulmones, debatía en lo que deseaba y lo que debía hacer. Una de las peores situaciones en las que el ser humano puede encontrarse, es elegir obedecer a la razón o al ser irracional que vive dentro de nosotros. 

— Profesor Ackerman, ¿De verdad piensa imposible cancelar su boda?

— Tengo que hacerlo _______, no tengo opción. 

— Entonces, permítame quedarme con usted esta noche, a partir de mañana, juro que ignoraré mis sentimientos, lo miraré como mi profesor, pero por una sola vez en mi vida, quiero sentir lo que es estar con una persona que realmente siente algo por mí.

Mis extremidades se entumecieron, no tengo idea de cómo me armé de valor para decirlo, pero, lo había hecho y, a pesar de que no era correcto, se sentía bien. Los ojos oscuros de Levi se abrieron más de lo normal, extendió su mano hacia mí y entrelazó sus dedos a los míos. 

Me atrajo con suavidad hacia él, acortando la distancia entre nuestros rostros, pasó su lengua sutilmente por su labio inferior y como impulso yo mordí el interior de mi mejilla, sus ojos alternaban en dirección a los míos y después a mis labios.

— ¿Puedo besarte? — escuché como susurró a mi oído, haciendo que mi piel se estremeciera. 

Asentí con la cabeza, cerrando lentamente mis ojos, podía percibir su respiración cada vez más cerca, chocando con la piel de mi rostro, hasta que sentí como sus labios suaves se unieron a los míos en un beso delicado. El profesor posó una mano en mi mejilla, y como instinto, abrí un poco mi boca para prolongar el beso.

Comenzó a saborear mis labios con habilidad, nuestras lenguas se rozaban sutilmente, haciendo que mi calor corporal ascendiera rápidamente. Pasé mis manos detrás de su cuello, acercándolo a mí, descendió por mi cuello besando hasta la parte superior de mi pecho. 

Sus dedos se posaron en la cinta de mi bata, se detuvo unos segundos, mirándome fijamente, como si estuviese pidiendo permiso para continuar. Acerqué mis manos a las suyas y deshice el primer nudo. Terminó de soltar la cinta, y se deshizo de la prenda en un instante y después de mi blusa, dejando el sujetador color rosa a la vista. 

Me sonrojé un poco porque era el color menos sensual de ropa interior, sin embargo, no tuve mucho tiempo para pensarlo, pues se deshizo de su playera con un movimiento, colocando sus manos en mi cintura. Seguimos besándonos, yo le seguía a ciegas hasta que me ayudó a sentarme en su cama. 

𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚖𝚒𝚐𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora