𝚃.𝟸|𝙲𝙰𝙿.𝟸𝟷|𝙻𝙰 𝙻𝚄𝙼𝙸𝙽𝙾𝚂𝙰 𝙲𝙸𝚄𝙳𝙰𝙳 𝙹𝙰𝙿𝙾𝙽𝙴𝚂𝙰.

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De alguna manera, Jane Anderson se las arregló para tener a Levi en la sala de estar de su departamento, con la excusa de ofrecerle una taza té como agradecimiento por llevarla de regreso. Al principio, Levi se negó, usando de pretexto el cansancio, no obstante, las llantas de su coche llenas de nieve, terminaron por obligarle a aceptar la propuesta.

La pelirroja regresó a la sala, donde Levi esperaba en silencio, con su mirada seria que no ocultaba su incomodidad, después de todo, estaba en el departamento de una mujer, a solas y en altas horas de la madrugada.

— Aquí tienes —  mencionó colocando una taza color café con el dibujo de un reno, sobre la mesita —  Y, tu regalo, espera. 

El profesor arqueó una ceja al escuchar la palabra "regalo", sin embargo, tuvo poco tiempo para pensar, ya que Jane regresó con una torta de chocolate y una pequeña velita decorando el centro. 

— ¡Feliz cumpleaños Levi-san! — exclamó emocionada, su sonrisa mostraba sus dientes delanteros alineados perfectamente. 

Pocas personas, situaciones o cosas, lograban sorprender a un hombre como él, se preguntaba si todo había sido planeado, lo cuál le resultaba un tanto imposible, puesto que bien pudo negarse a llevarla a su departamento y enviarla a casa en un taxi. 

— Gracias —  respondió simple, tomando el pastel en sus manos y lo puso frente a su taza de té. 

Jane subió la calefacción, puso en el reproductor música navideña, y sacó un par de platos donde sirvió dos rebanadas de pastel. Levi no era fan de las comidas dulces, sin embargo, le parecía una falta de respeto rechazar el postre. 

— ¿Te gustó? Lo cociné yo misma, es la receta de mi padre, suele hornear una de estas cada navidad, a mis hermanas les encanta decorarlas, aunque creo que yo no soy muy buena en eso — señaló la cubierta simple con unas lunetas de colores. 

— Está deliciosa — contestó con sinceridad, el chocolate no era tan dulce así que resultó menos difícil comerlo de lo que pensaba. 

Jane comenzó a contarle sobre las tradiciones navideñas en Irlanda, le habló de los villancicos, los dulces, las cenas abundantes, entre algunas anécdotas de su infancia, Levi escuchaba atentamente, aunque, la sensación de estar haciendo algo incorrecto, lo invadía. No era un muchachito, sabía bien cuando una mujer intentaba acercarse a él con intenciones más allá de la amistad, después de todo, lo experimento varias veces en el bachillerato y la universidad. 

Después de casi una hora, observó por la ventana, percatándose de que la tormenta de nieve había cesado; dio un último sorbo a su té y se aclaró la garganta caminando al perchero para tomar su abrigo. 

— Espera — pidió Jane tomándole del abrigo antes de que se dirigiera a la puerta — ¿Puedo preguntarte algo? 

Levi la miró sobre su hombro con el rostro inexpresivo, aunque respondiese que no, ella terminaría preguntando de todos modos. 

— ¿Estás en una relación? o, ¿Tienes alguien en Japón esperando por ti? 

— No, no estoy en una relación — habló con calma — Sin embargo, hay una persona muy importante para mí que está en Japón, y tengo la esperanza de encontrarme con ella cuando regrese, si es que las circunstancias me permiten hacerlo. 

— ¿Y crees que funcionará estando tan lejos?

— No tengo idea, pero no seré yo quien mande todo al carajo — afirmó soltandose de su agarre y giró la manilla de la puerta — Lo siento Jane, no he venido a Escocia con el propósito de tener una relación amorosa, quiero publicar mi libro y descubrir si estoy hecho para esto, no soy de las personas que se desvían fácilmente de sus objetivos. 

𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚖𝚒𝚐𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora