𝚃.𝟸|𝙲𝙰𝙿.𝟸𝟺|𝙴𝙻 𝙼𝙾𝙼𝙴𝙽𝚃𝙾 𝙸𝙽𝙳𝙸𝙲𝙰𝙳𝙾.

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La voz del profesor Ackerman es especial. 

Es grave, pero no tanto como la de aquellos actores de películas clásicas, es un grave que parece dulce, y frío porque carece de expresiones; no se sabe si el profesor bromea o habla en serio, si está triste o molesto, la voz del profesor Ackerman es exquisitamente monótona.

Yo, por el contrario, acompaño mis diálogos con muecas y moviendo las manos, es fácil saber cuando estoy molesta, triste, emocionada o en esa mañana, nerviosa de escuchar su voz, ¿Me estaba buscando? Mis sentidos se congelaron y lo único que hice fue cortar la llamada a la vez que mantenía mis manos presionando el teléfono, como si dicha acción evitara que volviese a marcar. 

— ¿Por qué colgaste? — preguntó Jean confundido.

— E-era el profesor Ackerman, quería hablar conmigo.

— ¿Y? También quieres hablar con él, ¿No?

— No después de lo que hizo.

— Quizá todo tiene una explicación.

— Sí claro, ¿Cómo explicaría la aparición de una chica diciendo que olvidó algo en su departamento?

— A veces me dejo cosas en casa de Sasha o incluso aquí, ¿Recuerdas mis audífonos el otro día?

— Creo que yo he sido la tonta todo éste tiempo, cuando se fue no recuerdo haber establecido una clase de pacto donde seríamos fieles el uno al otro; y no se había comunicado conmigo, ya no estamos en la época antigua donde esperabas meses por una carta, existen las llamadas y mensajes, para eso se crearon los celulares.

— Y, ¿Dónde está el tuyo?

Me quedé inmóvil unos segundos hasta que parpadeé un par de veces, comencé a buscar en mis bolsillos, y, finalmente, corrí a mi habitación por mi abrigo y bolso que había usado la noche anterior. 

— Ah demonios, seguro Erwin lo tiene, anoche lo guardó en su bolsillo porque temía que lo perdiera.

— Llámalo de mi teléfono para que pase a dejarlo una vez salga del hospital. 

— No me sé su número y no pienso despertar a Hange — me excusé — iré al hospital a recogerlo, ¿Me llevas?

— ¿Me dejarás conducir el audi? ¿Tu amado audi?

— Bueno, ¿Me acompañas? — corregí. 

Jean soltó una carcajada asintiendo con la cabeza, una carcajada que corté colocando mis manos sobre su boca pues no quería despertar a los demás; nos pusimos los abrigos y botas de invierno para salir del departamento, y subimos a mi coche camino al hospital. 

 

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𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚖𝚒𝚐𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora