Cuando los héroes se encuentran con los cazadores

Capítulo 2: Un mundo peculiar

Ruby tenía una sonrisa avergonzada mientras Inko continuaba agregando a los ya grandes conjuntos de ropa. Izuku, que estaba sentado en un banco cercano, solo suspiró. Menos mal que no tuve trabajo escolar esta noche. Pensó para sí mismo.

"En serio, Inko II no los necesito TODOS." Ruby expresó.

"Oh, no seas tonta, nunca puedes tener demasiada ropa". Inko se despidió.

"P-pero todavía me siento mal, esto tiene que costar mucho. Sé que necesito ropa pero no necesitas gastar tanto en mí". Señaló Ruby.

"No te preocupes querido, yo trabajo y el trabajo de mi esposo paga bastante bien. El dinero está lejos de ser un problema". Inko le aseguró. "Ooh ... prueba esto con Ruby, estoy seguro de que se verá lindo".

Inko le tendió un conjunto de ropa a Ruby. Consistía en una blusa roja con una falda blanca. Ruby la miró decepcionada.

"Otra vez," se quejó.

"Sí de nuevo, tenemos que asegurarnos de que todo encaje bien". Señaló Inko.

"Está bien, pero ¿puede ser este el último por favor?" Ruby suplicó. "He tenido un día muy largo y solo quiero acostarme y relajarme".

"Lo sé querida y lo siento. Pero siempre quise una hija y con la oportunidad de hacer compras como si tuviera una, simplemente no podía controlarme". Inko notó.

"Entiendo ... un poco" Ruby suspiró.

Resignándose a su destino, Ruby agarró la ropa y entró en el vestuario. Después de algunos arreglos, se puso el atuendo. Ella se miró en el espejo. Ella tiene razón, esto se ve lindo en mí ... ¿qué estoy haciendo? Mi mundo acaba de llegar a su fin y aquí estoy jugando a disfrazarme. ¿Es que lo estoy manejando bien o es solo mi forma de lidiar con todo? Por lo que sé, podría ser el único aquí. ¿Qué voy a hacer siquiera? Ella dejó escapar un profundo suspiro.

"Me preocuparé por esto más tarde." Murmuró para sí misma.

"¿Cómo es Ruby? ¿Te gusta?" Preguntó Inko.

"Sí, está bien." Ruby regresó.

"¡Genial! Cámbiate y podremos irnos. Ya se acerca la hora de cierre". Inko notó.

"Gracias a los dioses por la hora de cierre". Ruby murmuró.

Se cambió de nuevo a su antiguo atuendo y se dirigió hacia Inko e Izuku, el último de los cuales llevaba la mayor parte de la ropa.

"¿Tienes alguna idea de eso?" Preguntó Ruby.

"S-sí, lo tengo, tres meses de entrenamiento de fuerza intensivo han hecho maravillas con mis habilidades físicas". Izuku explicó.

"Está bien, entonces vayamos ustedes dos." Dirigió Inko.

El trío se dirigió a la caja. Gracias a que era tan tarde, había pocas o ninguna cola, por lo que llegaron al mostrador con bastante rapidez. Cuando llegaron al mostrador, la cajera estuvo a punto de sufrir un infarto por la gran cantidad de ropa que tenían. Después de comprar todo, Midoriya y Ruby regresaron a su apartamento. Pusieron toda la ropa nueva de Ruby en la habitación de invitados, que ahora era su habitación. Antes de irse a la cama, instalaron el nuevo teléfono de Ruby, que tomaron mientras iban de compras. Si bien aún quedaban muchas cosas por resolver, decidieron que era mejor prepararse para ir a la cama y terminar la noche. Dejaron los problemas de mañana para ellos.

En otra parte...

Cinder se sentó frente al hombre de cabello castaño, que pasó a llamarse Overhaul. Lentamente tomó un sorbo de su té, asimilando todo lo que discutieron. Se había enterado de este mundo, de las peculiaridades y del país en el que se encontraba. Le había explicado de dónde era y cómo podría haber llegado hasta aquí. Esto se creyó fácilmente gracias a la peculiar confesión del subordinado de Overhaul, Shin Nemoto. Después de todo lo que se hizo, se planteó una cosa más.