Cap 50

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La playa estaba totalmente desierta, las olas se movían con suavidad al ritmo que marcaba el viento, el sol brillaba sobre el reflejante tono azulado del mar.

La arena se sentía cálida bajo sus pies descalzos.

Había tanta paz...

-Markkie... -su nombre fue pronunciado por una voz dulce, llamando su atención. El nombrado se dio la vuelta, encontrándose con una bella mujer de piel blanca y cabellera oscura.

-Mamá... -dijo el pelinaranja, sin poder creer lo que veían sus ojos. Sin pensarlo dos veces, a paso rápido acabó con la distancia entre ellos, envolviendo el cuerpo contrario en un fuerte abrazo- Te extrañé tanto...

-Y yo a ti pequeño... A cada momento... -se separó un poco del pelinaranja- Mírate, eres todo un hombre...

-¿Cómo es que estás aquí? -preguntó el menor mirando todo a su alrededor- Espera... Yo... ¿Estoy muerto? -aquella pregunta salió con temor de sus labios.

-No cariño -dijo la pelinegra, con una pequeña sonrisa- Sólo estoy aquí para decirte lo mucho que te amo... Lo orgullosa que estoy de ti... También que aún te queda mucho camino por recorrer... Ya no necesitas ser fuerte Markkie, tu felicidad está ahí, sólo tienes que ir y tomarla.

-Mamá... -los ojos de Mark se cristalizaron- Si sólo pudieras quedarte a mi lado... -Todos estos años sin ti... -la mujer posó su mano en la mejilla del menor, proporcionando una suave caricia.

-Así es como debía ser... Y tú lo has sobrellevado increíblemente, sé perfectamente lo que has sentido todos estos años... Pero ya no más cariño, es hora de dejarlo ir...

-Estoy asustado mamá... Y si...

-El miedo es bueno -le interrumpió ella- Siempre y cuando no dejes que te sobrepase, al contrario, lo superas y avanzas un paso más...

El menor iba a responder algo, pero unas manitas se sujetaron a su pierna y una voz muy conocida gritó su nombre de forma alegre.

- ¡Mark! -el pelinaranja bajó la vista, encontrándose con una pequeña de 6 años, que le sonreía.

-Jihyo... -cargó a la niña y le miró con la misma sonrisa, y un par de lágrimas-Hermanita...

-Este capítulo ya ha sido muy largo, Mark -volvió a hablar la pelinegra- Es hora de que le pongas fin, pases página y empieces a escribir otro...

- ¿Volveré a verte?

-Yo siempre he estado a tu lado y siempre lo estaré, nunca olvides eso, mi Markkie.

-Te amo mamá... -habló con la voz rota, dejó un pequeño beso sobre la frente de la niña y la volvió a depositar sobre el suelo.

-También te amo, hijo -volvió a acariciar su mejilla, el menor inclinó un poco la cabeza, en busca de aquel contacto- Ahora ve... -dijo mirando hacia el mar- Esperan por ti.

Tomó la mano de la mujer, apartándola de su rostro para llevarla a sus labios y dejar un par de besos sobre sus nudillos.

Se alejó lentamente, empezando a caminar, en cuanto sintió la arena húmeda de la orilla y el agua fresca hacer contacto con su piel, miró hacia atrás, su madre y su hermana seguían allí, ambas le sonrieron, el devolvió el gesto dejando que un par de lágrimas más escaparan de sus ojos.

Volvió su vista al mar, con cada paso que daba este le envolvía más y más.

Avanzó un poco más y el agua le sobrepasó, continuó, hundiéndose, adentrándose.

Hasta que la apacible oscuridad le envolvió por completo.

Hasta que la apacible oscuridad le envolvió por completo

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Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ (YᴜMᴀʀᴋ - Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora