Dos meses.
En dos meses se convertiría en el esposo de Yuta, debía estar soñando.
Hace poco menos de un mes que el pelirrojo le había propuesto matrimonio. Habían acordado que la boda se celebraría en cuanto Mark terminara el semestre, lo cual pasaría dentro de dos meses.
El pelinaranja se encontraba tomando un examen parcial, de hecho, ya lo había terminado, todas las respuestas se encontraban escritas en la hoja, dejó de prestarle atención y se dedicó a observar por la ventana, tenía una muy buena vista del campus.
Aquella sonrisa boba que últimamente se había hecho cotidiana, volvió a aparecer en su rostro.
No faltaba mucho para la llegada del otoño, y pensar que todo había empezado en primavera.
Recuerdos de meses atrás asaltaron su mente, en menos de un año su vida se había visto envuelta en toda una montaña rusa de emociones. Y todo por no poder controlar sus impulsos. Recordó la primera vez que vio al pelirrojo.
"—Aquí tiene señor —dijo Mark colocando el plato frente a Yuta. Este sonrió de manera coqueta.
—Gracias por el servicio —y sin previo aviso, palmeó suavemente el trasero del pelinaranja.
Mark no pudo evitar ponerse rojo, más por la ira que por la vergüenza, Pero ¡¿Quién se creía ese bastardo?! Sin pensarlo dos veces tomó una de las copas de vino que descansaban sobre la mesa y le arrojó el contenido directo a la cara.
— ¡Eso es por imbécil! —después de eso salió corriendo hacia la cocina, con los gritos y maldiciones del pelirrojo a sus espaldas"
Negó con la cabeza, quien iba a decir que todo esto pasaría por arrojar vino a la cara de un desconocido. A veces se preguntaba qué hubiera pasado de haberse negado a ayudar a Hyuna, de todas formas, si había atendido la mesa de Yuta esa noche, había sido por hacerle el favor a ella. Recordó la noche en que descubrió quien era el pelirrojo, ahí había comenzado su tormento, o por lo menos así lo creía en esos momentos.
"—Mira... No quiero más problemas, en serio... Deja a mi padre en paz, yo pagaré por él... ¿De cuánto estamos hablando? —preguntó Mark, rezando internamente porque no fuera una cantidad demasiado exagerada.
—Oh no lindura, no estamos hablando de cantidad —negó el mayor con la cabeza.
— ¿Qué? Dime cuánto dinero es, haré lo posible por saldarlo todo.
—No quiero tu dinero, Mark — está vez el pelirrojo habló con rostro serio, pero la diversión brillaba en sus ojos.
— ¿Qué mierda quieres sino? —preguntó el pelinaranja entre dientes, apretando los puños.
—Pues a ti y a tu bonito culo en mi cama —respondió el mayor con simpleza.
— ¿Qué? —¡¿Acaso ese idiota se había vuelto loco?!"
¿Cómo rayos todo terminó así? Si hace meses le hubieran dicho que terminaría perdidamente enamorado del imbécil-adonis-arrogante-hijodeputa-del restaurante, se hubiera reído hasta morir, algo así jamás pasaría... Y mírenlo ahora, con un anillo adornando su dedo.
No pudo evitar pensar en su primera vez, la verdad, Yuta había tomado muchas de sus primeras veces.
"—Abre los ojos Mark, mírame —pidió el mayor con voz demandante.
Los ojos de Yuta se tornaron tan grises como un cielo nublado que anunciaba una tormenta, en ese momento aún no lo sabía, pero esa era su mirada favorita.

ESTÁS LEYENDO
Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ (YᴜMᴀʀᴋ - Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ)
أدب الهواة|🪐| -Deja en paz a mi padre, yo pagaré por él. - ¿Estás seguro dulzura? -Sí y mi nombre es Mark, no dulzura ¿Cuánto quieres para saldar la deuda? -La pregunta no es cuánto, sino qué, dulzura. -Bien ¿Qué es lo que quieres entonces? -Pues... A ti y...