Yuta le propinó una fuerte patada a las puertas en cuanto llegó justo después de que se cerraran.
Pero no tenía tiempo que perder, no iba a dejar que Mark se fuera malinterpretando todo. Corrió hasta las escaleras y bajó por ellas como si estuviera escapando de un incendio. Bajó los escalones de tres en tres, sus pulmones quemaban, necesitaba recobrar oxígeno, pero más necesitaba a Mark así que ignoró la fatiga y continuó bajando a gran velocidad.
Mark salió disparado del ascensor, su cuerpo dolía, cada paso le costaba pero no iba a detenerse. Necesitaba salir de allí, no quería estar en aquel lugar, la imagen que había visto minutos atrás, se repetía en su cabeza como una película de terror.
Yuta besando a Sana... Se besaron... Ellos... ¡POR LOS MIL DEMONIOS, SE ESTABAN BESANDO!
Mark quiso gritar, el pecho le dolía, más bien, lo que en verdad dolía era su corazón dentro de este. Era un dolor mucho peor que el que sentía en sus músculos.
— ¡Mark!
Yuta observó como el pelinaranja salía apresuradamente del edificio. Corrió con todas sus fuerzas. Mark era rápido, pero en la condición en la que estaba no pudo ser lo suficientemente rápido. Yuta le alcanzó a unos pocos metros de la salida.
Rápidamente se puso delante del pelinaranja, impidiendo que este avanzara más. Respiró como pez fuera del agua, y poco a poco su respiración se fue regulando.
—Déjame explicarte, por favor —pidió el pelirrojo, intentó acercarse al menor pero este retrocedió.
—Lo menos que quiero escuchar ahora son tus explicaciones Yuta... Lo que vi fue más que suficiente... ¿Te puedes apartar del camino? Quiero irme —Mark habló con voz temblorosa, parpadeando varias veces, en un intento de que las lágrimas no volvieran a salir.
—No... —Yuta negó con la cabeza— No dejaré que te marches, no así... Primero vas a escucharme.
— ¡No quiero! —le gritó Mark a la cara— ¡No sé que pensar en estos momentos!... Me sentía tan mal... Tan... Tan culpable... Yo sólo quería verte, estar contigo para poder sentir un poco de paz... ¿Pero qué fue lo que obtuve? ¡La estabas besando Yuta!
— ¡Ella me besó a mi, yo no quería!
— ¡PERO SI VI COMO TE INCLINABAS HACIA ELLA MALDITA SEA! —El pelinaranja gritó a todo pulmón, esta vez sin poder contener las lágrimas— ¿Siquiera imaginas cuanto me dolió aquella imagen? Yo estaba muy mal... Estoy muy mal... Sólo puedo pensar en ese pobre bebé... Una criatura inocente que murió por nada... Y que quizás yo pude haberlo evitado pero no lo hice... ¿Entiendes la magnitud del asunto Yuta? Hoy... hoy quizás perdiste a tu primer hijo... Y yo pude haberlo evitado pero no lo hice... Sólo necesitaba que me abrazaras y me besaras y me dijeras que todo estaba bien... Pero no fue a mi a quien besaste... Fue a ella... —El rostro tan dolido de Mark puso un peso sobre el pelirrojo a tal grado que le dolía respirar, el pelinaranja le miraba con el ceño fruncido, y múltiples lágrimas bajando por sus rojas mejillas a cada segundo.
—Yo no la besé, fue ella quien me besó a mi y ni siquiera correspondí... Todo fue un malentendido, fue un error... Por favor.... Mark... Dulzura, tienes que creerme —Yuta estaba empezando a desesperarse, sentía en ese momento como si Mark le estuviese dejando y el no pudiera hacer nada al respecto— Soy un tonto... Un estúpido, Un imbécil, lo sé... Pero por favor... Te lo suplico... Créeme... —intentó tomar la mano libre del pelinaranja pero este no le dejó, retrocediendo un par de pasos.
—No me toques... —susurró el menor, aún con lágrimas en los ojos, al parecer las mismas se negaban a desaparecer— Sólo quítate de en medio... Quiero irme... —Mark intentó avanzar pero el pelirrojo le impidió hacerlo.
—No Mark... Vamos a algún lado para hablar con más calma ¿Si? Te lo suplico... Por favor... No puedes... —Yuta habló esta vez con voz lastimera, casi rota, intentó volver a acercarse al pelinaranja, esta vez con intenciones de acariciar su mejilla, pero su mano fue apartada bruscamente.
—Necesito pensar... Sólo ¡Solo! ¡¿Qué parte no entiendes?! ¡No quiero verte, no quiero escucharte, no quiero que me toques! ¡NO QUIERO NADA!
— ¿Qué es lo que tengo que hacer eh? ¡DIME! —Ahora la mirada del pelirrojo también se notaba cristalizada, una lágrima solitaria se atrevió a bajar por su pálida mejilla.
— ¡¿POR QUÉ NO TE MUERES Y DESAPARECES DE MI VIDA?! —Gritó Mark mientras un sollozo escapaba de su garganta. La verdad no había meditado en sus palabras antes de pronunciarlas, estaba muy dolido y enfadado como para hacerlo.
—Bien... —dijo Yuta en voz baja, con un tono tan frío que a Mark se le cortó la respiración por un segundo, jamás había visto esa mirada en el mayor.
Sin pensarlo dos veces Yuta se dio la vuelta y caminó hasta la orilla del asfalto.
—Yu... ¡Yuta! —le llamó Mark.
El pelirrojo dio un par de pasos a la carretera, un camión de carga venía a unos cuantos metros. Mark sintió poco a poco como su alma abandonaba su cuerpo, corrió hasta el pelirrojo, con su mano libre sujetó su brazo tirando de él hacia atrás, ambos cayeron al suelo, justo a orillas de la calle. Con la respiración agitada Mark observó cómo el camión pasó justo frente a ellos.
El pelinaranja se puso encima del mayor, y golpeó su pecho repetidas veces.
— ¡¿ACASO ESTÁS LOCO IMBÉCIL?! ¡PUDISTE HABER MUERTO! —Mark gritó llorando desesperadamente.
—Eso fue lo que me pediste —dijo Yuta.
— ¡Pero no tenías que hacerme caso, joder! ¡A veces digo muchas estupideces! ¡¿Qué haría yo sin ti?! ¡¿Eh imbécil?!
—Debes entender algo Mark... —Yuta colocó una mano sobre la mejilla del menor y le acarició suavemente, limpiando sus lágrimas con el pulgar, esta vez Mark no le apartó— Si me dices ven, voy... Si me dices salta, salto... Si me dices muere... Entonces yo muero... A ese punto llega mi amor por ti... Lo descubrí sólo hace unos instantes... Cuando vi el dolor en tus ojos y sentí que te perdía... Yo te amo Mark, como no tienes idea.
—Yo también te amo... Tanto que me asusta... Tengo miedo de mis propios sentimientos... —Mark se dejó caer completamente sobre el cuerpo del mayor, enterrando el rostro en el hueco de su cuello y permitiéndose llorar un poco más— Perdóname Yuta...
—No... Perdóname tu a mi dulzura... No debí haber dejado que algo así pasara... —Abrazó el cuerpo del menor, tratando de no lastimarlo.
Las personas que pasaban por el lugar los miraban extrañados, pero al pelirrojo no le importó, siguió con el menor entre sus brazos, sin que nada rompiera su burbuja.
Miyavi y Yeeun salieron apresurados del edificio, y se pararon en seco cuando encontraron a la pareja tirada en el suelo, Mark abrazado a Yuta como si fuera un perezoso. Al mismo tiempo, llegaron Jeno y Jaemin, que miraron la escena confundidos.
Yuta puso un dedo frente a sus labios, pidiendo con este gesto que no hablaran, luego articuló un silencioso "Les explicaré más tarde" y con la mano hizo un gesto para que se marcharan.
Miyavi asintió y les pidió en voz muy baja a los demás, que entraran al hospital.
Yuta bajó la vista al chico entre sus brazos, enterró la nariz en su pelo y aspiró su aroma.
—Te amo Mark... nunca dudes de ello —susurró.
Se creía el genio de la lampara el Nakamoto :)👺
Menudo drama que se crearon los nenes
Y díganme... ¿Lloraron? Porque la verdad yo si lo hice, pero de rabia e impotenciaz tipo no todos nos expresamos igual jnwje, pero esto no es todo aún falta más cosas ;3
Le doy fin a este maratón no maratón... jsjsjs gracias por leer UwU
Les amo manguitos 💚
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Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ (YᴜMᴀʀᴋ - Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ)
Fanfic|🪐| -Deja en paz a mi padre, yo pagaré por él. - ¿Estás seguro dulzura? -Sí y mi nombre es Mark, no dulzura ¿Cuánto quieres para saldar la deuda? -La pregunta no es cuánto, sino qué, dulzura. -Bien ¿Qué es lo que quieres entonces? -Pues... A ti y...