Mark despertó con un punzante dolor de cabeza. Se incorporó en la cama y observó a la habitación, los rayos del sol se filtraban por las persianas. El pelinaranja miró a su alrededor, encontrando a su peliazul amigo, dormido sobre el pequeño sofá de la habitación.
—Jae... Jaemin... —llamó el pelinaranja, el aludido despertó despacio, parpadeando varias veces y luego estirando su cuerpo, quejándose del leve dolor que aquejaba sus músculos, después de pasar toda la noche en un pequeño mueble.
— ¿Cómo te sientes? —fue lo primero que salió de la boca del peliazul.
—¿Por qué no viniste a la cama? ¿O te quedaste en la otra habitación? No tenías que haberte quedado en el sofá... —habló Mark con tono de reproche.
—Estoy bien... No te preocupes —dijo Jaemin mientras se ponía de pie y se acercaba a la cama para sentarse a orillas de esta— Por favor dime ¿Cómo te sientes? ¿Tu hombro duele?
—Estoy bien... El doctor dijo que sólo usaría el cabestrillo por un par de semanas...
—Bien... ¿Puedes decirme que mierda fue lo que pasó? Me enteré que Sana perdió al bebé.
—Sí —Mark suspiró con pesar— Se apareció en la casa de Yuta e intentó matarme...
—Oh... ¡¿QUÉ INTENTÓ QUÉ?!
—No grites... Me duele la cabeza... —dijo Mark presionando su frente— Se puso furiosa cuando me encontró a mí en lugar de Yuta, terminamos fuera de la habitación justo al final de las escaleras, me empujó, yo perdí el equilibrio... No supe como reaccionar, ella tropezó y terminó rodando conmigo.
—Esa maldita loca... ¿Cómo pudo hacer algo así? Terminó perdiendo a su propio hijo...
—Yo tampoco me imagino cómo pudo haber hecho algo así... Pero jamás llegaremos a comprender totalmente la mente humana... Es como una caja de sorpresas... ¿Sabes qué pasó con Yuta luego de que se fuera del hospital? —preguntó esta vez cambiando el tema, por lo que en realidad estaba interesado.
—Se fue con Jeno... Pero tampoco he sabido nada de él desde anoche.
Mark frunció el ceño y suspirando salió de la cama.
— ¿A dónde vas?
—A tomar un baño, necesito salir y encontrarme con Yuta...
—Deberías quedarte a descansar... —expresó Jaemin con evidente preocupación.
—Agradezco tu preocupación Nana, pero estoy bien y créeme que lo menos que necesito ahora es descansar... —el pelinaranja ignorando las quejas de su amigo se metió al cuarto de baño.
Se detuvo frente al espejo por un momento. Su nariz ya no estaba tan enrojecida y la hinchazón había bajado casi por completo.
Para cuando salió del cuarto de baño, su amigo ya no estaba, lo único diferente en la habitación era una bandeja en la cómoda con un vaso de jugo de naranja y unas pastillas, también había una nota.
"Para tu dolor de cabeza. Por favor toma las cosas con calma, no hagas ninguna estupidez y llama si me necesitas, vendré corriendo."
Sonrió ligeramente al leer las palabras de su peliazul amigo. Se tomó un par de pastillas y con más dificultad de lo normal alcanzó a vestirse utilizando sólo una mano.
El silencio de su habitación le sirvió para pensar. Los recuerdos del día anterior le golpearon de lleno. Sana apareciendo de la nada, ambos cayendo por las escaleras, el dolor físico, el miedo que inundó todo su ser al ver a la rubia sangrando e inconsciente, después Yuta, el beso... El camión de carga... Yuta caminado hacia el.
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Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ (YᴜMᴀʀᴋ - Aᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ)
Fanfic|🪐| -Deja en paz a mi padre, yo pagaré por él. - ¿Estás seguro dulzura? -Sí y mi nombre es Mark, no dulzura ¿Cuánto quieres para saldar la deuda? -La pregunta no es cuánto, sino qué, dulzura. -Bien ¿Qué es lo que quieres entonces? -Pues... A ti y...