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•Harry•

Hoy es el cumpleaños de Draco, es de noche, tirando para la madrugada, tres de la mañana.

El último mes estuvo más distante, más serio, más triste. Y eso no me gusta, no me gusta verlo así, pero no deja que yo lo ayude, de ninguna forma.

Ser escuchado es una gran ayuda también, pero el rubio está acostumbrado a arreglar todo él solo.

Aunque si me contó un día, que todo empezó a salir bien. No sé a qué se refiere con ese todo, pero espero que sea algo bueno.

Me pongo a pensar en lo que siento por él, primero me daba miedo salir lastimado, pero ahora ese miedo es mínimo, si me dejo guiar por el voy a vivir con la incertidumbre de ¿qué hubiese pasado si yo...?

Estoy esperando el momento indicado para pedirle salir a Draco, en este momento él tiene demasiadas cosas en las que pensar, y no sólo eso, siempre noto como duda al estar cerca mío, no sé si siente algo por mí, sus acciones dicen que tal vez, pero su actitud... su actitud también dice que tal vez, no lo sé y me estresa eso.

[...]

Además de ser el cumpleaños de Draco, hoy también se cumplen siete años desde que fui secuestrado.

Era jovencito, iba caminando a mi casa cuando me atrapan, sufrí mucho estando encerrado con otros niños, al instante comprendí que estaba en manos de una red de traficantes de órganos, el clan del rayo se hacían llamar, eran conocidos por secuestrar jovencitos y a las dos semanas dejarlos tirados en la puerta de su casa, muertos, sin ningún órgano, con una marca, en su mano derecha, la marca eran muchas cicatrices y un rayo sobre ellas.

Yo era consciente de eso cuando fui secuestrado, y estuve miedo, no quería morir, tampoco quería sufrir, pero los hombres tenían otros planes para mí, se hicieron pasar por secuestradores comunes y pidieron un rescate a mi familia.

Nueve días pasé en ese horrible lugar, en esos nueve días cambié mi perspectiva del mundo, fui golpeado, torturado, me amenazaron, con hacerme cosas, cosas horribles, me marcaron, y no me iban a dejar ir cuando recibieran la plata que pedían, me iban a asesinar.

Mis padres fueron astutos, la policía fue astuta, pero llegaron tarde.

Hicieron una redada, llegaron a su escondite, acabaron con ellos y su clan, pero fue tarde, todos los demás niños que ellos tenían estaban muertos, un tiro en el medio de la frente de cada uno, los hombres habían escuchado la policía y comenzaron a asesinarlos a quemarropa, yo estaba en una celda apartada, lejos de los demás.

Un tipo entró y me apuntó, lo mataron, yo lo vi, caer, la sangre me salpicó el rostro, me dijeron que estaba a salvo, pero no me dijeron que tendría pesadillas de por vida, pesadillas en donde escucharía el llanto de niños y niñas, y luego disparos, y luego silencio, mucho silencio.

Yo fui el único que sobrevivió al clan del rayo, nadie lo sabe, por eso uso un guante, no quiero que lo sepan.

[...]

Draco me comentó que tenía el turno de noche, y estoy esperando que salga, no sé porque, tal vez para felicitarlo, o tal vez porque necesito verlo, quiero verlo, abrazarlo.

Estoy esperándolo en el camino por dónde él debe pasar para ir a su casa, la única luz es la de las farolas.

Es un puente muy lindo, estoy sentado en su borde, mis pies cuelgan libres apuntando al río. Un empujón y yo terminaría en el agua, es una gran caída, no sé nadar, tal vez me ahogue.

Me encanta sentir esta adrenalina peligrosa recorrer mi piel.

Quito mi guante y observo la cicatriz, tiro el pedazo de tela al agua, cae con gracia, como si en cualquier momento fuese a salir volando, está volando, como un ave libre.

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