Después de unos minutos llorando sobre su pecho, recuerdo que es nada más y nada menos que mi jefa la que me abraza y me ve en este estado tan vergonzoso. Me separo de ella rápidamente y le pido disculpas mientras seco mi rostro. Ella extiende su mano y me ofrece un pañuelo, no cualquier pañuelo ¡Su pañuelo!. Al pasarlo sobre mi cara, su olor me hipnotiza, y no puedo evitar pensar si así olería también su cuello.
Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en tonterías y de nuevo me disculpo con ella, me dice que no hay ningún problema y se excusa porque tiene que irse a una comida de negocios. Cuando empieza a alejarse se detiene y me llama. –Amy! Espera. Me quedo mirándola esperando que suelte lo que tiene para decirme. -¿Quieres acompañarme? Así puedes comer en compañía y bueno, ayudarme un poco con estos clientes, sabes que eres mi mejor empleada.
Me quedo paralizada y sin poder creerlo, hasta que vuelve a hablarme.
– ¿Amy seguro que está todo bien? –sí, si le contesto. Y finalmente acepto su invitación. Caminamos hacia el estacionamiento y nos subimos a su auto. El carro empieza a andar y junto con él mis nervios, trato de mantener mi vista en la ventana, fingiendo centrarme en el paisaje.
-Amy, sé que nuestro trato es netamente laboral, pero me preocupo por mis empleados, por eso quiero que sepas que si existe algo en lo que puedo ayudarte, házmelo saber, ¿vale? La miro y una vez más me pierdo en mis pensamientos, me pregunto, quién se esconderá debajo de toda esa fachada de mujer fuerte y fría. Sonrío y le contesto: -Muchas gracias Jefa.
Con una sonrisa me mira de reojo y dice: -Santana, llámame Santana.

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Sin Miedo a Querernos
RomanceAmy se volvió una chica solitaria después de su ultima ruptura amorosa, gracias a eso encontró un nuevo trabajo, en el cual jamas imagino llegar a conocer al amor de su vida. Santana una mujer empresaria y exitosa. dueña de una agencia de viajes, pa...