Sin Miedo a Querernos

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Me quedo unos minutos sin responder, hasta que siento una palmadita en mi brazo que me da mi papa. –Paulina... hola, no esperaba verte por acá. Mi papa me explica que se enteró que ella andaba en la ciudad y no podía dejar pasar la oportunidad de reunirnos todos nuevamente. –Bueno, pasemos a la mesa, que ya este viejo se cansa de estar tanto tiempo de pie.

Yo aún no podía creer lo que estaba pasando, habían pasado ya muchos años sin verla, después que se fue esa noche sin ni siquiera darme la oportunidad de dialogar y resolver lo de mi tiempo. Y verla con su niña, ¡Dios mío! Esto de verdad está pasando. Tomamos asiento en la mesa, y entonces paulina me dice que me presenta a su niña: -Mira San, ella es Alexa. Tienes 3 añitos. Alexa, saluda a Santana.

-Es idéntica a ti... hola Alexa, que bonito vestido. Fue todo lo que alcance a decir. La cena fue transcurriendo, mi papa no paraba de hablar de sus tantos negocios y hoteles, y de preguntarle la vida entera a Paulina. Mi mama solo asentía y sonreía. Yo ni hablaba y casi me acababa la botella de vino yo sola,

Cuando ya estábamos afuera del hotel esperando nuestros autos, mi papa me dice que si puedo llevar a paulina al lugar donde se está quedando, porque él y mama tienen cosas que hacer. Sé que el sentía que lo asesinaba con la mirada, pero al final termine aceptando, nada malo podía pasar por eso, ¿o sí?

Narra Amy

Me despierto después de posponer tres veces la alarma, no sé qué me pasaba que hoy realmente deseaba seguir durmiendo y no ir a trabajar. Pero bueno al final me levante y me di una ducha de agua fría para que se me quitara toda esta pereza. Después de vestirme, baje a preparar mi café y ésta vez me lo tome bastante cargado, necesitaba llenarme de ánimo de alguna forma.

Hoy si tomaría el autobús porque tampoco podía darme el lujo de estar gastando en taxis porque ellos cobraban como si fueran una limosina los muy descarados. Llegue a la agencia diez minutos antes y decidí buscar un café en frente, de esos que le gusta a Santana y así aprovechar a verla. Luego de comprarlo me dirigí a su oficina.

Cuando estaba casi llegando a su puerta, escucho otras voces y entonces supongo que debe estar ocupada en reunión, pero entonces me sorprende escuchar la voz de una niña repitiendo reiteradas veces "mama". Ya en la puerta, noto que no está cerrada completamente así que toco suavemente y espero que me inviten a pasar.

-Adelante... escucho desde adentro. Cuando entro y santana se da cuenta que soy yo, se pone de pie en un salto y era imposible no notar su nerviosismo. –Amy, bue-e-enos días. Le entrego el café y digo buenos días respondiendo su saludo y saludando también a la mujer que estaba sentada en el sofá con la niña.

-Disculpa Santana, no sabía que estabas en una reunión, solo pasaba para entregarte el café. En eso, la mujer se pone de pie y con tono irónico comenta: -Vaya, vaya. Pero que confianza la de esta empleada para con su jefa. ¿No te enseñaron que a tus superiores se les habla de "usted"?. Cuando intente excusarme, Santana se adelantó en hablar.

-Paulina basta, no te permito que le hables así a Amy, si es mi empleada pero yo le permití, mejor dicho le pedí que me tuteara, no hay absolutamente nada malo en eso, el mundo no se va a acabar. La mire y le sonreí agradeciendo que me defendiera. Entonces la mujer se puso en frente de mí, y después de mirarme de pies a cabeza como si algo le repugnara. Estira su mano y se presenta: -Un placer, me llamo Paulina Casanova, ella es mi niña Alexa. Para que entiendas un poco más, la ex de Santana.

Yo no supe que decir, tan solo mire a Santana y sé que pudo ver en mis ojos tantas preguntas, pero más allá de eso, sé que pudo sentir el miedo y el dolor que yo estaba sintiendo, porque el hecho de que su ex prometida estuviese en su oficina, era porque algo pasaba, y peor aún porque significaba que empezarían nuestros problemas, o quizás nuestro final.