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Al terminar el beso, santana sonríe y me dice: -Bueno, ya que estas aquí pues entonces tendrás que ayudarme con algunos papeles que había dejado en tu oficina para el día de mañana. Yo simplemente me rio y le digo que definitivamente no tiene remedio, me levanto de la silla y antes de salir de su oficina, le pregunto: -¿Almorzaremos juntas? Y ella me contesta un por supuesto.

Me dispongo entonces a trabajar, y mi mañana pasa muy rápido. Sin darme cuenta de la hora, santana entra a mi oficina y me pregunta si estoy lista para irnos a comer. Quedo sorprendida de lo rápido que se está yendo el día. Le digo que sí, que me de unos minutos para recoger mis cosas y enseguida estoy con ella.

Cuando estamos fuera de la agencia, debatimos si comer sushi o en algún restaurante tipo bufet, y al final nos decidimos por el sushi. Íbamos en su auto conversando sobre algunas aventuras de su infancia. Me contaba que desde niña le encantaba jugar al futbol y sus padres se escandalizaron al saber que quería jugar en algún equipo e ir a campeonatos. –Como veras mi madre iba a volverse loca, trataba de convencerme que me inscribiera en clases de ballet, por Dios, te imaginas yo con un tutu.

-De seguro te verías hermosa, con tutu o con tu uniforme de futbol. Ella me miro, me sonrió y me tomo de la mano. Segundos después mi teléfono comenzó a sonar, mire la pantalla y no conocía el número, imagine que podía ser de nuevo Claudia, así que colgué. Pero la llamada insistía, hasta que santana me pregunto si no iba a contestar, la mire y le explique que no conocía el número, y se ofreció a contestar por mí,

-¿Hola? Dijo santana...Ella en este momento está muy ocupada, pero conmigo le puedes dejar cualquier mensaje... ¿Claudia? Le hice señas que era mi ex, y en seguida noto mi enojo. –Bueno, Claudia te lo explicare de la manera más amable que pueda, te voy a estar eternamente agradecida si por favor dejas en paz a mi novia.

Mire a santana con los ojos casi afuera por la sorpresa, pero no pude evitar reír y sentir algo hermoso dentro de mí al escuchar decir "mi novia". Santana colgó la llamada, me devolvió el teléfono y la note un poco celosa. Me acerque de manera coqueta y le dije: -Así que soy tu novia...mmm... Entonces en este momento tengo muchas ganas de complacer a mi novia. Y sin dudarlo, metí mi mano dentro de su pantalón, y bese su cuello.

Santana comenzó a gemir y a manejar un poco más lento, entre su respiración cortada me decía que estaba loca que podíamos chocar, pero que le encantaba. Mis dedos presionados sobre su clítoris mientras los movía de manera circular la estaban desesperando, y yo podía sentirla cada vez más húmeda. Fui aumentando la presión y los movimientos hasta que la escuche gemir más fuerte y su respiración iba calmándose. Le di un beso sobre sus labios, saque mi mano y me acomode en mi asiento.

Sin Miedo a QuerernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora