Los dos saltadores llegaron al mismo "cuando" ya que desde ese salto los ojos de Jorah le permitían ver los rastros de la fragmentación y seguir ese camino, segundos después de que otro saltador lo haya abierto.
Mientras Ode se escondía entre las paredes de las pequeñas cazas de un mercado en Wuhan con gran destreza. Jorah, aun inexperto solo se limitaba a seguirlo.
Entraron a una casa, por una ventana y Ode empezó a buscar ropas con que ocultarse entre la multitud.
Encontró algo de ropa, la que compartió con Jorah y así poder salir en búsqueda de Rhadamanthus.
- ¡Date prisa!
Decía Ode mientras escondía su cabello debajo de un pasamontaña oscuro que encontró.
- ¿Dijiste que este es el año 2019?
- Si... ¿por?
- Solo había podido saltar hasta junio del 2018.
Dijo Jorah un poco asustado.
- Fue el año en que moriste.
Diciendo eso Ode salió de la casa asomándose primero y viendo hacia todos lados.
Caminaron pocos metros y se mesclaron en la multitud de personas que había en ese mercado, se escuchaba toda clase de sonidos, vendedores llamando a sus clientes en chino, también chillidos, graznidos, ladridos, una mescla de ruidos, olores y sangre que corría por pequeños drenajes en el piso.
Llegaron a un pequeño callejón en donde solo se veía pequeños locales comerciales, pero con las puertas cerradas.
- ¡Aquí es!
- No hay nadie... ¿aquí veremos a Rhadamanthus?
- ¿Quién lo busca?
Se escucho una voz detrás de ellos.
- ¡Biānfú viejo amigo!
- Veo que buscan a Rhadamanthus ... conozco tus intenciones Ode.... ¿pero... quien es tu amigo?
Biānfú era un ser raro, quizás una persona debajo de ese atuendo, se veía muy delgado, pero más alto que ellos, usaba unas getas de madera en los pies y todo su cuerpo estaba vendado y cubierto con un kimono blanco, sucio y manchado en algunas partes con lo que parecía ser sangre. Su cara estaba cubierta con una mascara puntiaguda, como las que usaban los médicos durante la peste negra y en su cabeza llevaba un sombrero kasa, tradicional chino. En su espalda una caja de madera roja, atada con muchas cuerdas y con una escritura que Jorah no entendía.
- Soy Jorah.
- ... todo un placer... soy Biānfú, y desde hoy nuevo príncipe del primer mundo.
- ¿El de los humanos?... ¿ellos pueden verte?
- Nadie puede verlo... solo nosotros los saltadores y los que habitan en el segundo mundo.
Interrumpe Ode. Mientras se le acerca a Biānfú estrechando su mano.
- ¿ella no te ha hablado de mí?
Pregunta Biānfú mirando a Jorah por encima del hombro de Ode que estaba en medio de ambos.
- Buscamos a Rhadamanthus...
Responde Jorah (sin saber quién o que rayos era Rhadamanthus)
- Eso tiene un precio... necesito que encierren a Deimos... solo por un tiempo.
Jorah y Ode se miran de reojo y Jorah se adelanta en responder.
- Eso es imposible... Deimos es irrastreable.
- No para un clérigo... o por lo menos quien tenga el poder de ellos... entonces ¿eres su Evander?... ¿ya tienes tus marcas doradas?
- ¿Qué es un Evander?
- Niño... no tienes idea...
Biānfú mira a Ode, abre una grieta y le dice:
- Conoces el precio, Deimos encerrado por dos años y yo les mostrare el camino a Rhadamanthus... pero por favor, quédense en este cuando... solo cúbranse la cara.
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Kintsukuroi
Science FictionEs la historia de un errático saltador del tiempo-espacio y su intento por escapar de su realidad. Sin memoria, sin respuestas, perdido en un mundo oculto para aquellos que caminan a la simple guía de un reloj. transcurre en el mundo de hoy, de aye...