Séptima Parte

1.2K 163 11
                                    


Le había roto el corazón.

Llevaba toda la semana pensando en eso, tratando de recordar alguna situación que hubiese ocasionado dicho incidente. Pero, por más que le daba vueltas al asunto, no llegaba a ningún lado.

Kojiro soltó un suspiro lleno de frustración, tenía tantas cosas en su cabeza, apenas y podía procesar la nueva información adquirida.

—Oye, Joe... ¿Te encuentras bien? —preguntó preocupado Reki.

Él y Langa estaban en su restaurante haciendo algunos deberes de la escuela.

Miya también los acompañaba, pero este último estaba muy concentrado jugando con su nintendo switch.

—Sí, no es nada —aseguró con una sonrisa forzada.

—¿Seguro...? —volvió a preguntar el pelirrojo, no muy convencido con su respuesta —Llevas casi toda la semana suspirando y con el rostro fruncido.

—¿Tan obvio soy?

—Sí, demasiado —contestaron los tres adolescentes al mismo tiempo.

Kojiro abrió los ojos sorprendido, pero después volvió a suspirar.

—No es nada, muchachos. Se los aseguro. Son... solo cosas de adultos.

—¿Y no podemos ayudarte? —preguntó esta vez Langa.

—No, no lo creo. La situación es muy complicada. Además, no sería corrector dejar mis problemas en manos de otras personas. Es algo que debo solucionar yo mismo.

Los tres adolescentes lo observaron, aún preocupados por su semblante, pero luego dejaron el tema a un lado y continuaron con sus respectivas actividades.

Kojiro también hizo lo mismo y se dirigió a la cocina.

Él también tenía otras ocupaciones que atender. Después se encargaría de solucionar su problemas personales.

•••

Al finalizar su jornada laboral, Kojiro se encargó de lavar los últimos platos que quedaban en el fregadero de la cocina. Hoy  había sido un día muy exhaustivo para él, quería terminar pronto con las últimas tareas que tenía pendiente e irse a descansar.

Pero, de repente, la puerta de Sia la luce se abrió; anunciando la llegada de un nuevo cliente.

De un muy conocido cliente.

—Veo que todavía sigues aquí.

—Y yo puedo ver que todavía tienes el mal habito de entrar a mi restaurante como si fuera tuyo. —respondió Kojiro, volteándose en el proceso para poder verlo.

Kaoru rodó los ojos.

—Solo dame lo de siempre, necesito una buena copa de vino. Hoy fue un día muy estresante para mí.

—¿Clientes molestos? —levantó una ceja y sonrió.

—Ni te imaginas —suspiró— Cada día son más exigentes y eso me agobia. Necesito unas vacaciones.

—Yo igual... —susurró para sí mismo. El trabajo y el fingir ser su hermano lo tenían agotado. Merecía unas vacaciones de todo eso.

—Sabes... No sé si suene muy apresurado, pero me encantaría que Ryunosuke y yo fuéramos algún lado juntos. —dijo Kaoru, con ilusión en sus ojos.

El cuerpo de Kojiro se paralizó al escucharlo decir eso.

—N-No sé si mi hermano este disponible. Últimamente ha tenido mucho trabajo en su empresa, así que unas vacaciones están descartadas para él.

—¿De verdad? —Kaoru frunció ligeramente el ceño.

—S-Sí, él mismo me lo comentó esta mañana. Además, tuvo que viajar de imprevisto a Corea del sur. Así que, como puedes ver, no estará aquí por un buen tiempo...

—Oh... Eso es una lástima. Anhelaba tanto volver a salir con él —confesó Kaoru con una pequeña sonrisa en su rostro; una pequeña y triste sonrisa.

El corazón de Kojiro se oprimió al verlo sonreír de esa manera.

Cada vez se sentía más culpable de su engaño.

—P-Pero podemos ir los dos de viaje, si lo deseas... —le propuso.

Kaoru lo observó sorprendido, eso había sido inesperado para él.

—¿No tienes que trabajar tú también?

—Sí, pero me puedo tomar unas pequeñas vacaciones. Al fin y al cabo soy el jefe y dueño de este lugar, así que puedo dejar a mi segundo chef a cargo de la administración de Sia la luce.

—Mmm... No estoy seguro de que sea una buena idea.

—¡Oh, vamos! Hace bastante tiempo que no viajamos juntos ¡Será divertido! —insistió Kojiro.

Kaoru suspiró resignado. No podía decirle que no a su amigo, y menos si este se veía tan emocionado con la idea.

—Está bien, tu ganas... Saldremos de vacaciones juntos. ¡Pero yo escogeré el lugar! ¿De acuerdo?

—Me parece bien. No tengo ninguna queja al respecto. Sé que encontras un buen lugar. —respondió con una sonrisa dulce y cálida.

Kaoru se sonrojó al verlo sonreír de esa manera. Y, por alguna extraña razón, su corazón también empezó a latir muy rápido.

No entendía que le pasaba.

"Debe ser el vino" —pensó.

•••

Las personas, por lo general, actuaban antes de pensar. Actuaban impulsivamente y cegadas por sus propios deseos y ambiciones, por su propia necedad.

Y eso era exactamente lo que le había ocurrido a Kojiro.

Sus propios deseos y ambiciones lo habían condenado a un final que el mismo quiso evitar.

Pero... las cosas siempre pasaban por algo, ¿verdad?

Continuará...

¡¡No te rindas, Kojiro!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora