Novena Parte

1.1K 160 33
                                    

—Kaoru, por favor...—suplicó —Déjame explicarte.

Los tres seguían en el restaurante, y la atmósfera que se emitía era demasiado lugubre e incómoda.

Kaoru lloraba en silencio, se negaba a escucharlo, estaba demasiado molesto y herido.

Kojiro, por otro lado, estaba afligido y con una notable marca roja en su mejilla. Proporcionada por Kaoru.

Y Ryunosuke, bueno, él estaba confundido, no sabía que carajos estaba pasando. Necesitaba una explicación.

—¿Alguno me puede decir que demonios está sucediendo aquí? —preguntó, alterado. Se sentía demasiado ajeno a toda esta situación.

—¿Por qué no se lo preguntas a tu hermano? Él sabe perfectamente lo que está sucediendo.

Ryunosuke lo miró aún más confundido.

—¿A qué te refieres?

—Tu hermano, tu estupido e insensible hermano, me engañó... —tomó una bocanada de aire y se limpió con una de sus manos las lágrimas que se escurrían por su rostro —Se hizo pasar por ti y me hizo creer que eras tú todo este tiempo.

—¿Eso es verdad, pequeño Koji? —preguntó Ryunosuke, mirándolo fijamente. Estaba muy asombrado.

Kojiro solo lo ignoró, lo que menos le importaba era lidiar con su molesto hermano.

—K-Kaoru... por favor...—suplicó una vez más —Si me dejarás explicarte...

—¿Explicarme qué? —preguntó molesto— ¿Qué me estuviste engañando todo este tiempo? ¿Qué te burlaste de mí y de mis sentimientos?

—¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Jamás haría eso! —exclamó alterado Kojiro, intentando acercarse a Kaoru, pero este último no se lo permitió.

—¡Ja! ¿Entonces porqué lo hiciste? —Kaoru se cruzó de brazos y esperó a que Kojiro dijera algo en su defensa.

—Porque... porque mi hermano se quiere casar contigo, se quiere casar contigo, pero él no te conoce, Kaoru. No te conoce de la misma forma como yo lo hago.

Kaoru abrió sus ojos dorados con asombro.

No sabía que le sorprendía más, si Ryunosuke queriéndose casar con él o Kojiro "confesándosele" de la manera menos apropiada posible.

—Eres un imbécil —escupió con desprecio—En serio eres un completo imbécil y un insensible, Kojiro. Tu sabías muy bien que me gustaba tu hermano, lo sabías y aun así te aprovechaste de la situación.

—Él no te merece, Kaoru. —respondió Kojiro, mirándolo con seriedad.

—¿Y tú sí? ¿tú sí me mereces?

—Y-Yo...

—Me casaré con él. —declaró, sin titubear.

Silencio...

Hubo un silencio incómodo y angustiante hasta que Ryunosuke habló.

—¿De verdad te quieres casar conmigo?—preguntó Ryunosuke, sin poder creerlo.

—Sí, me casaré contigo. —respondió con simpleza, sin mirarlo a los ojos.

Su atención estaba totalmente dirigida a Kojiro. No lo había dejado de ver ni por un segundo. Pero, la mirada que le estaba dedicando, era una mirada demasiado fría y calculadora.

Kojiro, al escucharlo decir eso, pudo sentir cómo su pulso se aceleraba.

Sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho.

—Kaoru... por favor... —habló con dolor en su voz —Sé que estás enojado conmigo, y lo entiendo perfectamente, pero no te cases con él. —pidió, tratando de contener las lágrimas que se asomaban por sus ojos.

Kaoru no dijo nada, solo lo ignoró. Luego se volteó para ver al hombre que estaba a su lado.

—Ryunosuke...

—¿S-Sí...? ¿Qué sucede, Kaoru?

El mencionado respiró profundamente y habló. Tratando de sonreír en el proceso.

—¿Quieres venir conmigo a Italia? 

—¿A Italia? —levantó una ceja.

—Sí —asintió— El vuelo saldrá en un par de horas. Si nos apresuramos, podremos llegar al aeropuerto a tiempo. —aseguró— No quiero estar un minuto más en este lugar.

Ryunosuke lo miró asombrado, estaban sucediendo demasiadas cosas en tan poco tiempo... Luego se giró para ver a su hermano.

Claramente se podía ver el dolor en sus ojos.

—Ustedes tenían planeado viajar juntos...

—Sí, pero ahora iré contigo. Yo fui quien pagó el viaje y yo decido con quien ir. —dijo con firmeza.

—Kaoru... mi amor... no hagas esto... —suplicó una vez más Kojiro, en un intento en vano.

¿Mi amor? —arqueó una ceja— Yo no soy tu amor, Kojiro. Nosotros... no somos nada. Y ahora tampoco somos amigos. Solo somos dos desconocidos. Solo eso...

•••

Tan solo habían pasado unas cuantas horas.

Kaoru y Ryunosuke se habían ido del restaurante, dejándolo completamente solo.

Aún podía recordar cada palabra que le había dicho Kaoru. Aún podía sentir cómo cada una de ellas se había incrustado en su corazón, como... dagas.

Kaoru tenía derecho a odiarlo, por supuesto que lo tenía, pero aún así era doloroso.

Era doloroso saber que lo había arruinado por completo, que lo que tanto había querido evitar se hiciera realidad.

Kaoru y Ryunosuke se casarían, se casarían y Kojiro no podía hacer nada para impedirlo.

Era demasiado tarde.


•••


Al llegar a Italia, Kaoru pensó que podría olvidar todo lo que había ocurrido, pero se equivocó.

Aún seguía dolido, triste y con el corazón roto.

Kojiro le había roto el corazón por segunda vez. Y esta vez lo hizo de manera directa.

No como lo había hecho hace años, cuando tenían diecisiete, cuando se armó de valor para confesarle sus sentimientos, cuando lo vió besándose con una chica de su clase, cuando creyó que podía tener una oportunidad con él.

Qué estúpido —pensó— Soy un estúpido por haberme enamorado de él una vez más.

Kaoru sonrió con tristeza, recordando esas dos maravillosas citas que habían tenido, recordando sus labios sobre los suyos, recordando esas hermosas flores que le había regalado, recordando esas sonrisas que le había dedicado...

Pero ahora era tarde, demasiado tarde.

Kojiro lo había engañado, lo había lastimado, y no quería saber nada de él.

Esperaba que con el tiempo Ryunosuke lo ayudara a olvidar ese dolor que sentía en su corazón. Esperaba amarlo de verdad y no a la imagen falsa que Kojiro había creado de él.

Continuará...

¡¡No te rindas, Kojiro!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora