6 •¡Oh sucia traición!•

12 2 2
                                    

Capitulo 6

Después de aquella noche ni Uriel, ni Tyler me habían vuelto a hablar.

A Uriel lo habíamos dejado en la puerta del edificio donde vivía, su semblante gritaba por todos lados Decepción, yo quería abrazarlo y decirle que todo iba a mejorar pero que tenía que darme alguna explicación de lo sucedido.

Por su parte, Tyler no tenía muchos motivos para hablarme y aún así esperaba que lo hiciera. Quería saber qué había ocurrido esa noche, aún recuerdo el viaje de vuelta a casa, su labio roto se veía rojo, tentativo, quería curar esa herida. Por más pequeña que fuera, quería protegerlo, también tenía un pequeño hematoma en el lado derecho de su mandíbula, de seguro el animal ese lo había golpeado.

Me sentía culpable, yo lo había llevado a ese lugar sin motivo alguno. Uriel no era su amigo, no tenía porque hacerme ese favor y aún así, fue y se enfrentó a ese hombre. Había actuado como todo un caballero.

- Tierra llamando a C.J - la pequeña chica de aspecto asiático intentaba ser amigable conmigo, aún cuando yo intentaba alejarme de todos.

- Si, en que te ayudo. - volteé a verla - Disculpa, aún no sé tú nombre.

- De verdad andas distraída - sonríe algo triste, sus ojos achinados se cierran aún más, casi por completo.

- Eso creo. - Intento devolverle la sonrisa pero sólo logró hacer una mueca.

- Soy Lyn James. - extiende su mano izquierda, dejándome confundida. Ella lo nota y dice - Lo siento, siempre se me olvida que soy zurda y bueno... el resto no

Se muestra apenada, no debería ser así, no es como que sea una asesina serial. Sólo tiene una diferencia y no es tan grande. Intento ser amable y estrechó su mano, forzando una sonrisa ladeada.

- Lyn, ¿sabes exactamente qué le dijo Jess a la señora Klein?

Niega, mientras organiza unos libros en la vitrina.

- Solo sé que fue algo religioso.

¿Religiosos? Que tiene que ver la religión en esto, Uriel no es religioso y yo tampoco, en realidad casi ninguno de los trabajadores de aquí es religioso. Desde hace tiempo nos hubiera despedido, algo más debió haber pasado.

Los días siguieron pasando y tanto Uriel como Jess me evitaban, con Elena intenté buscar información de que había pasado con Tyler, solo busque decepcionarme aún más. Se había ido, tuvo que volver a viajar, ahora estaba en Londres por asuntos familiares o eso me habían dicho los chicos.

Era un jueves en la noche cuando recibí un mensaje, extraño por así decirlo:

[Te espero afuera. Atte: anónimo]

¡¿Ahora qué?!. Estaba cansada, había sido un día de perros por así decirlo, odiaba los días de inventario y en especial aquellos en que llegaba mercancía nueva. El hijo de la señora Klein seguía jodiendo por la librería.

Mis pasos pesados, apenas y me había puesto una pijama, que en verdad sólo era una camiseta desgastada de los Rolling Stones y un short de corazones morados, mis medias de franjas amarillas y rojas, mi cabello recogido en un moño. Debía lavarme el cabello, ya lo tenía sucio y no me había fijado.

EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora