"Costurera de una madre soltera"

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– Buenas tardes señora ale...– saludo acomodándose el bolso

– oh! Señora tanapon! Que milagro verla por aquí! Busca algo en especial este día? –

– No no, solo venía a preguntarle si...– suspiró – ha visto a alguien seguir o molestar a mi hijo desde hace días...–

– ¿Por qué la pregunta? –

– Marcaron del departamento de policía para decirme que mi hijo y yo, y todos los que tenían contacto cerca corríamos un grave peligro de secuestrados, y me dijeron que no tenía que salir, pero...me siento segura, además de que ahora hay una unidad de 5 personas rondando fuera de mi casa...–

– Mmm ya...pues...ahora que lo menciona, si, si eh visto...–

– Enserio!? – la señora asintió en forma de respuesta – díganme quien fue por favor! – formo una mueca de desesperación

– Hace unos días, yo vi correr a perth mientras lloraba, desde mi puesto, pude observar como peliaba con un chico, alto, pero no más alto que él, de su estatura tal vez, vestía una chamarra de cuero negra, y parecía insistirle algo a perth, cosa que el se negaba arrebatando su brazo – contó dando una expresión que desesperaba aún más a su madre

– Y...sabe algo más? – pregunto algo nerviosa

– si, fíjese que anoche, recibí una llamada de uno de mis colegas, ya sabe, de los que trabajan aquí, me avisó que había escuchado gritos afuera de su casa, y cuando se asomó, pudo distinguir unos hombres de chaqueta negra...– tomo el dinero que la señora le ofrecía

– ¿Pudo distinguir sus rostros? –

– No, mi colega dice que solo les vio con una capucha negra, eso sí, a quien si distinguió correr, fue a perth, a su hijo, mientras gritaba “Ayuda, ayuda!” luego de eso, tocó la puerta de una casa y se metió...–

– Zee...–

– ¿Que cosa señora? –

– Oh, no, nada...– volteo la vista hacia ella, se despidió de la señora y se retiró a su casa, aún pensativa y confundida

– Creo que lo que ahora viene, es mucho peor...–

– Entiendo, estaré al pendiente de su hijo, no se preocupe, puede contar conmigo...–

– Gracias, mark...– sonrió

– Y dígame, hablaron con usted? – dio un sorbo a su café

– Si, ya mandaron la unidad a mi casa, me...siento más segura ahora – tímidamente se metió una galleta a la boca

– Me alegro...– sonrió

Más tarde volveré por ti, perth...

¿Donde estabas? – pregunto serio

– Hijo, yo...–

– ¡Tu nada, mamá! Mi entrenamiento comenzaba hace una hora y no fuiste, dale gracias al cielo que ganamos el partido, dejaré de ir a la escuela, grande que cumples tus promesas, llegaras muy lejos...– forzó una sonrisa

– No doy mi brazo a torcer...–

– Que bueno...– sonrió – así dejas de ser tan estúpida, no? –

Todos sonreían, excepto el hecho de que una de sus sonrisas concedidas habían sido forzadas mientras que la otra era de odio y burla

Dónde quiera que estés, te matare maldito perro infeliz...

Pensó ella

"No te enamores"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora