Desesperación

266 40 22
                                    

Candy estaba feliz con sus hijos, los miraba con adoración, se sentía realmente muy feliz, pero la incertidumbre de saber algo de su amado esposo la estaba matando, necesitaba por lo menos hablarle, a un que sea por ese aparato llamado teléfono.
- Terry, necesito que me ayudes a comunicarme con Albert, el tiene que saber que estoy bien y que nuestros hijos ya nacieron.

- Terry, la miro serio y solo asintió- perfecto veré qué puedo hacer.

- ese día La oficina del teléfono había llegado a colocar una línea en la mansión a Eleonor, pues ella necesitaba poder comunicarse con los representantes sin necesidad de tener que salir, además con esas dos chicas allí, definitivamente lo necesitaba. Al instalar la línea le dieron el número que le correspondían.

Salía de nuevo con las cosas que necesitaba para los dos bebés y había mandado a su asistente a comprar más, pues estaba segura que lo iban a necesitar, así salió pidiendo a una doncella que cuidara de la invitada y del pequeño, además que debían estar pendientes de las cunas y otras cosas que llevarían.
.......

En Escocia, Albert moría de la impresión que acababa de recibír, sentía que el corazón se le desgarraba, tenía sentimientos de culpa, por no haber luchado un poco más por ella, estaba abrumado, no podía pensar si quiera, iba en estado catatonico en el auto, escuchaba sin escuchar, a sus oídos solo llegaban murmullos. -Ahora debes casarte con la señorita Britter, decía Elroy, mientras Albert se sentía muy angustiado, se tomaba el pelo y se lo mecía con desesperación, no mi esposa y mi hijo, no pueden estar muertos decía- William esto es importante, ME ESTAS ESCUCHANDO, por un momento Albert salió de su estado, se quitó las lágrimas de sus ojos, con una mirada feroz miro a su  tía, está al verlo así, abría y cerraba la boca, como un pez sin agua para respirar.- Déjeme en Paz, mire yo averiguaré quien ha estado detrás de todo esto, créame que cuando lo sepa, le cortaré el coello como un vil muñeco, me vengare con lo que más le duela a esa persona-decia mientras  hacía gestos con sus manos, como si estuviera quebrando el coello a una gallina.- Elroy se quedó callada.- voy a leer ese contrato que dice se me obliga a mi a casarme... Yo di mi palabra, William, que serías tú y la palabra de una Andrew.... - jajjajaj, tía, la interrumpió Albert carcajeandose, ya no tiene valor- ahora CALLESE.
- George iba en el asiento de enfrente, atónito en su vida no había visto a su muchacho ponerse de esa manera, pero era de esperarse, ese día había
Llegado el registro telefónico de las llamadas realizadas, en los últimos meses y varias eran a la embajada de Inglaterra en Japón, luego hubo una que fue echa desde un teatro en New York, en América, a la hora que el escucho la conversación de la señorita Britter, allí había algo que no cuadraba y el se dispondría a averiguar.
En la mansión estaba Anny,feliz esperando que Albert le dijera cuando se iban a comprometer, Albert...
- Este la vio con una mirada fría, llena de despreció y dijo- hoy no quiero saber nada de usted.- Pe..pero soy su futura esposa...- Mi qué....- no me va ha comparar con esa gata japonésa que tenía de amante..- Albert con una mirada feroz, se acercó a ella y le dijo- no se atreva a hablar así de la mujer que amo y créame que si lo vuelve a hacer se va ha arrepentir.- No vuelva por acá, hasta que yo la llamé, si la veo rondando, créame se arrepentirá. Subió las gradas y se fue a su cuarto, llorando y añorando el recuerdo de Candy, con una botella de whisky. - como quisiera tenerte aquí amor... Decía entre lágrimas , acostándose y soñando con ella.- de repente en sus sueños se le vino dos bebés... Miro a su suegra que lo miraba y le decía, tranquilo hijo, están bien- ahora despierta, hijo... Por tu bien, despierta... Ya había estado dos días encerrado completamente en su cuarto, de repente salió a la biblioteca, su corazón se lo pedía, George dijo, haciendo una señal que lo siguiera, entraron y en ese momento sino el teléfono, Albert lo respodio- una llamada de la mansión Bayquer, la recibe- Albert arrugó el seño, claro, dijo- halo, Albert amor, eres tú...  Decía una dulce voz al otro lado de la línea- Albert estaba en shock y muchas lágrimas surcaban sus mejía- Albert soy yo Candy, mi vida- Candy, mi amor, es...estás viva- si, claro, ¿ Porque lo preguntas?- mi amor estaba preocupado por esos ataques en Japón, pero ¿ Que haces allá?, ¿ Cómo lograstes salir?- mi hermano me ayudó amor, salimos a tiempo de allá, están atacando frecuentemente, mi amiga está con migo y ya tuve a nuestros bebés amor, son dos, nacieron hace dos días, uno se llama WILLIAM ALEXANDER ANDREW y la niña ROUSSE MARIE ANDREW, estás desacuerdos amor, si no los cambio.-  Amor ponle a la niña, Eleonor Marie en honor a las dos gracias mujeres que nos han apoyado siempre- claro mi amor, te amo, mira te daré el teléfono de la casa de Eleonor que es donde me estoy cuidando... Albert, toma papel y escribe el número de teléfono... Amor no sé cuándo nos podamos ver, pues están atacando las embarcaciones, pero siempre estaré aquí para ti, mi amor, Te amo. -Yo también mi vida y te extraño, nuestros hijos también te extrañan- gracias amor por llamarme me has devuelto la vida, Te Amo y los extraño mucho,pero pronto estaré con ustedes... Te pondré a los niños un rato para que te conozcan la voz, si mi amor, - hola mi pequeño, le decía a su hijo, con lágrimas en los ojos, yo haré todo lo posible por ir a dónde están, los amo a los tres, pórtate bien, cuida de tu hermana y tu madre que eres el hombre de la casa- ahí, agua, decían al otro lado de la línea y Candy lloraba emocionada, le quitó el teléfono ya que deseaba mamar y le dijo ahora te pondré a nuestra pequeña y así paso, la bebé escuchaba emocionada la voz de su padre, mientras el le decía cuánto la amaba y que era su princesa porque su madre era la Reyna. - de pronto se escuchó detrás de la puerta- William, tenemos que hablar. - Ahora no tía... - Candy tomo el teléfono y le dijo - debo cortar, pero te amo, estamos bien y estoy feliz porque tu también lo estás- amor te llamaré a esta misma hora, todos los dias- si mi amor, estar anciosas esperando tu llamada- dile a Terry que lo llamaré al teatro necesito hablar con el- si mi amor, yo le diré. Con un beso tronador y te amos se despidieron sin querer colgar el teléfono.
- George lo miro expectante y le dijo, nadie debe sabes que está con vida, alguien nos ha echo daño e intentado matarla y debo averiguar, quien y porque.
- si William... Ahora ocupo una copia original del acuerdo que quieren que yo cumpla...

Así se ponían a leer una acuerdo antiquísimo de principios de 1800, pero nadie se fijó, que en letras predecedero hasta 1915, solo valedero por un siglo, claro, eran letras a penas legibles, pero se podía leer claramente con una lupa. - ambos sonrieron ante el descubrimiento, pero para saber quién y por qué les habían hecho daño, tendrían que dar la mejor actuación de su vida.

Continuará......

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora