Candy miraba a Albert con lágrimas en los ojos, no puede creer que estaba alli.-¡ Acaso es una visión!, Pensaba, pues simplemente no lo podía creer.
Cuando se dió cuenta que era real, reacciono y salió de ese estado de shock, corrió hacia el y se tiró en sus brazos, el la sostenía y la abrazaba de manera firme contra su cuerpo, ella separó la cabeza de su hombro e impulsando se un poco hacia arriba, le empeso a besar la cara, empesando por la frente, después le daba pequeños y dulces besos en las mejillas, mientras sus lágrimas no paraban de correr, eran lagrssbde felicidad, luego le beso los labios y el sin importar nada le dió un largo beso, uno que llegó hasta el alma, salieron de su burbuja cuando un niño lloro,ella lo ll voy de la mano y levanto a los dos pequeños de la manta, que ya habían rodado y se habían salido un poco llevándose a la boca hojas del césped que estaba en el jardín.- Albert miro a sus dos hijos, eran completamente hermosos, parecían unos dulces ángeles,igualitos a su padre, sus facciones y el color de ojos azul cielo, el varón tenía el cabello ensortijado como la madre, mientras la pequeña tenis el cabello liso como el padre, pero con unas cuantas pecas en su rostro.Albert lloraba solo con verlos,eran sus hijos, tan hermosos y frágiles. Su fiel copia y la evidencia del amor que se profesan si esposa y el.Albert tenía a los dos pequeños en brazos reconociendolo como el padre que era. El corazón de Albert se agitaba nunca pensó que podía dar y recibir tanto amor, se sentía realmente horgulloso de la familia que tenía, de su mujer y sus hijos. La admiraba a ella por luchar por su vida y la de sus hijos, definitivamente estaba sumamente agradecido con Terry y su madre que hicieron todo lo posible para rescatarla de lo que hubiese Sido una muerte triste y cruel, realmente no tenía como agradecerles todo lo que habían echo por su familia, miro al cielo dió gracias al creador por cuidarlos.
Por los ojos de Albert también corrían lagras de felicidad. Dejaba caer toda la agunstia por la que había pasado hace unos 16 meses.
Mi vida vengo con George te lo presentaré.
Candy solo asintió y caminando con su amado y los niños en los brazos se fueron a la sala para presentar a sus hijos y a ella misma.
- Hola mucho gusto para mí es un honor conocer al casi padre de su esposo
- Ehhhhh... Bu...bueno es un gusto conocerla.
- ellos son mis hijos sus nietos, le dijo Candy mientras miraba rodar lágrimas de alegría por el rostro del serio hombre.Albert le dió a uno para que lo chineara. El hombre que jamás había tenido en sus brazos niños tan pequeños nervioso lo tomaba cuidándome su cabecita. El miraba al pequeño que era el fiel retrato de su padre. el futuro de lo Andrew está asegurado ya tenemos al futuro patriarca sentenció emocionado, pues había conocido ya tres generaciones de esa bella y gran familia.
- Mucho gusto señora Andrew, dijo George haciendo una reverencia.
Están hermosos los pequeños, son iguales al padre.- Gracias George me alegra que así lo crea usted.
- No hay perdida son Andrew, no se puede negar.
- Bueno hija, dame aquí a los bebés que yo los voy a cuidar en lo que llevas a tu esposo al cuarto a descansar y yo le pediré a margarita que lleve al señor Jhonson a una habitación.
- Gracias Madam, dijeron ambos hombres haciendo una reverencia. Entonces George se levantó y posos sus ojos en la hermosa mujer rubia que tenía enfrente, el no se había fijado en ella hasta ese momento le dió un beso en el dorso de la mano, un gusto madam, estoy a sus órdenes.
Albert enarco la ceja y vio a Terry, que estaba entre divertido y consternado jamás había visto a su madre coquetear con nadie . Y Albert jamás había visto a George tan interesado en una mujer. La cara de Eleonor estaba más roja que un tomate y sonrió coqueta, pues ese hombre rígido que le estaba coqueteando también había obtenido su atención.
Candy solo observaba y dijo- Eli te tomare la palabra aquí te dejo a mis niños, dijo dándole un beso a sus pequeños en la frente. - Bien hija pero no te apures, quédate con tu esposo, me imagino que están deseosos de " conversar" - dijo de manera lenta y moviendo sus cejas. Albert la miro y miro a su mujer que estaba roja como un tomate. - Eeeeehhhhh bi...bien vamosssss a la hahahaha....bitacion, decía con una mirada apenada mientras los demás la miraban divertidos.
Subieron a la habitación y Albert dejo sus maletas en el suelo, tomando a Candy por la cintura y la besaba apasionadamente, su sangre estaba caliente después de casi dos años de estar sin su mujer, la necesitaba, sentía el calor de su cuerpo, mientras las prendas caían, ella se aferraba al cuerpo de su amado, el de ella ardía de deseo le empeso a besar el hombro, dándole pequeños mordiscos, sus manos recorrían su espalda, necesitaba su contacto, sentirlo, tantas emociones sentían en ese momento, solo se querían fundir hasta ser solo uno, las manos de Albert recorrían la piel de su amada, la besaba cada parte de su cuerpo mientras que ella vibrava de necesidad, lo necesitaba, necesitaba todo de el. El ya no soportaba más , necesitaba saciarse de ella. Ella lo besaba de manera arrebatada todo el cuerpo no quería separarse de él de nuevo, no lo soltaba, el la levanto y la llevo a la cama, en la que la disfrutaba recorriendo su cuerpo y acariciándole cada parte con su lengua, devorandola cuál manjar de los dioses, tomo su jugo saboreandolo, mientras ella se retorcía y gritaba su nombre con placer y necesidad, el ya no podía más y se posicionó encima de ella, sentían como sus cuerpos se acoplaban y el fuego se intensifica las envestidas, cada ves más rápidas, ella se movía al mismo ritmo que el y se encontraban sus movimientos eran igual de potentes todo era un éxtasis, sentían estallar de amor y felicidad .....
Continuará.........
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El Hilo Rojo
FanfictionHistoria que inicia en Japón, podrá el tiempo, la destrucción, el engaño y la desolación, vencer el poder del amor, no se la pierdan estoy segura les gustara.