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Como el aleteo de una mariposa 

Los minutos han pasado rápido, más de lo que esperaba y la lluvia de ideas que han tenido ha sido muy eficaz. Las bases de los conceptos básicos ya están puestos sobre la mesa, la temática de color y estilo plasmados entre las letras del archivo digital. Las pláticas con Ophelia para compartir el avance tienen que aplazarse gracias a los horarios que aún tienen que manejar con la campaña de en curso, pero al menos la reunión ha sido productiva. Quizás eso le dé más tiempo libre después de todo. Además obtuvo comida gratis.

— Esperen, realmente tengo que ir al baño. —Dice Leigth que desaparece caminando hacia un pasillo de la casa.

— Estoy cansada.

Eve recuesta su cabeza sobre su hombro y suspira. Él toma un sorbo de su segunda botella de soda y descansa su propia cabeza sobre la de su amiga.

Ambos están tumbados sobre el cómodo sofá en la sala de Leigth desde hace ya media hora y la tarde ha empezado a caer.

— Deberíamos irnos a casa.

Comenta cuando su celular suena sobre la mesa en señal de una notificación. Separándose un momento de Eve toma el aparato con una de sus manos y lo revisa con pereza. Un mensaje nuevo de un número que no conoce.

Un ¿Louis? resplandeciendo en la pantalla. Con el ceño fruncido en confusión contesta.

¿Hola?

➢ Hey, es Harry.

— ¿Cómo es que consiguió tu número? —Pregunta su amiga, que observa la pantalla con una sonrisa divertida en el rostro.

—No tengo idea. —Responde ignorando el entrometimiento de Eve.

Conozco muchos Harry, podrías ser
un poco más específico ¿sabes?

Responde solo para molestar y porque espera que no sea el Harry en el que está pensando, aunque es técnicamente imposible. La respuesta no tarda en llegar.

Ya sabes, el mejor de todos.

¿Harry Potter?

Eve ríe.

— Sabes, ustedes dos son todo un caso.

— ¿Ya somos un caso? ¿Tan pronto? —Pregunta sonriéndole con burla.

Eve se encoge de hombros.

Muy gracioso, William.

Me lo han dicho. 
¿Cómo obtuviste mi numero,
Harold? ¿Tus extraños contactos?

El chico de recepción.
     Es bastante amable.

— Estúpido, Charlie —Espeta.

— Si lo vemos desde otra perspectiva, estaba haciendo su trabajo.

Comenta Eve que se ha acomodado nuevamente sobre todo el sofá, su cabeza recostada sobre su regazo y sus parpados cerrados con cansancio.

— Debió comunicarse conmigo primero.

— ¿Y luego qué? ¿Le abrías dicho que no, siquiera? —cuestiona Eve—. Además, hubiese conseguido tu número de cualquier forma ¿has visto su rostro? Por favor, es Harry Styles. Le daría lo que quisiera sin pensarlo

La Belleza del Caos ➵ Larry's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora