10.

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Siempre en mi mente, siempre en mi corazón.

Luego de un par de video cassettes más y la vergüenza de Louis subiendo con cada uno, la noche ha caído sobre el gélido Londres.

Louis lo puede ver a través de las cortinas de la sala, algunos rayos de iluminación lunar atraviesan sobre la tela. Probablemente es hora de irse entonces deja de prestarle atención a su pequeña versión presentada en la pantalla.

— Es bastante tarde, creo que es hora de que nos vayamos, Harold.

— ¿No te quedarás a dormir?

Pregunta Paulette, que ahora está sentada en la alfombra y se acerca hasta él a gatas, abrazando sus piernas y recargando su cabeza sobre su muslo.

— Hoy no, amor —dice Louis suavemente, cargándola en su regazo y plantando un beso es su mejilla—. Pero prometo regresar el fin de semana ¿bien?

Paulette asiente.

— ¿Puede venir Harry también? —Pregunta su hermana gemela, al otro lado de la sala.

Harry sonríe cálidamente, lo nota. Pero Louis sabe que es más complicado que eso.

— Tal vez otro día, Dayday.

Responde, no queriendo darle a Harry la oportunidad de hacer suposiciones falsas. Tomando a Paulette en sus brazos, Louis se levanta de su asiento.

Su padre se levanta también, mientras la pequeña Daiana se acerca a Harry.

— ¿Quieres qué los lleve?

— No papá, está bien. Debes estar cansado.

— ¿Seguro? —Insiste, Louis asiente—. Bien, pero llévate la camioneta, es más segura.

— ¿Harry, llevas abrigo?

Pregunta su madre. Interrumpiendo la plática que parece tener el cantante con su hermana.

— ¡Oh, no se preocupe! ¡Estaré bien!

— No cariño, está haciendo frío —La mujer dice—. Cassie, amor, puedes buscar algún abrigo en el viejo ropero de Louis o en el de tu padre. Por favor.

Cassedy sonríe en respuesta y camina hasta la planta alta con rapidez.

— Boo, tu abrigo

— Lo sé, mamá —Responde sonriendo, tomando las llaves de la camioneta que su papá le entrega—. Está en el auto, ahora lo bajo.

—Bien —Comenta con una gran sonrisa—. Bueno Harry, fue un placer tenerte aquí. Perdón si fuimos un poco ruidosos para ti.

— ¡Oh, no! Me gusta lo ruidoso —Dice de la misma forma, mientras la mujer asiente.

— Me doy cuenta.

Menciona su madre, Louis nota como las mejillas del chico se tiñen suavemente de un rosa dulce. Louis rueda los ojos, acercándose a ellos.

— Mamá.

Recrimina, haciéndola reír.

— Hace mucho que Louis no traía alguien agradable a casa —Menciona en cambio.

— Uh, ruega porque no le diga eso a Eve

Vuelve a reír. 

— La última vez que vi a esa muchachita tenía el cabello azul —Se defiende—. Tráela más seguido, quiero ver que más le hizo a su cabello. Debería hacerle algo al mío.

— ¡Mamá! —Regaña Louis, mientras su madre ríe.

— Mejor ven a darme un abrazo —Dice su madre, abriendo los brazos. Louis se mueve inmediatamente y rodea a su madre sin pensarlo—. Conduce con cuidado, te amo.

La Belleza del Caos ➵ Larry's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora