07.

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Un lamento con sabor a culpa 

El día está bien.

Desde que llegó a la carpa y las actividades empezaron, su corazón se ha sentido más alegre. Aún no ha tenido el valor de enfrentar a Eve, que lo ha mirado curiosamente desde lo recogió en la mañana.

Pero no sé preocupa demasiado, no ha hecho nada malo. Supone. Porque está bien, tal vez olvidó un poco lo de mantener la situación en zona de amigos, pero eso no significa que los límites de ello hayan sobre pasado las nubes.

Un par de coqueteo ligero no le hacen daño a nadie, al menos eso es lo que se repite constantemente en su cabeza. Tampoco es como que se hayan besado o peor aún, que hayan terminado en la cama. Louis sabe controlarse.

En realidad cree que ahora todo se siente más sencillo. El ambiente no se siente tenso, la charla con el cantante es divertida y no hay nada que le indique a Louis que eso puede ir a más.

Aún sabe cómo controlarse, mientras detiene el parloteo se Harry cuando la cúspide de la tensión que existe comienza a elevarse de más.

— Vives en un mundo de fantasías, mi amigo.

Responde haciendo que Harry suelte una carcajada mientras él se encarga de hacer su trabajo.

— Eres una gran fantasía, que puedo decir.

Harry comenta, su tipico mood coqueto aparece y aunque lo hace sonreir con torpeza, Louis mantiene la compostura por él y su empleo.

— Eso es labia barata, Harold —Menciona con burla—. Deberías intentarlo una vez más.

El cantante parece pensarlo un momento, mientras tararea algo con fluidez hasta que su mirada se clava con cariño sobre la suya y sonríe con ingenio.

— Tienes mi devoción —Recita—. Pero hombre, puedo odiarte algunas veces.

Louis se ríe entonces.

— Bien, no voy a mentir. Mejoró. Pero no lo suficientemente, bonito.

Deleitándose con el rubor que invade las mejillas del cantante. ¿Quién lo diría? El insinuante chico que intenta algo cada vez ruborizado por un apodo tan común.

A Louis le gusta de cualquier forma.

[ ✧ ]

Sentado sobre el pavimento fuera de la carpa, Louis observa como llevan el rodaje de la campaña mientras botanea una bolsa de papas fritas y bebé una soda de limón.

Él jamás lo admitiría por supuesto, aún tiene un orgullo que mantener y sin duda no le dará ese privilegio al cantante. Al menos no aún. Pero es una realidad que Harry se ve bastante bien dentro de ese traje azul.

Aún no entiende muy bien porque lleva una gallina en las manos, pero es divertido la seriedad con la que el chico camina tranquilamente hasta el punto fijo que le asignaron.

Lo ha hecho cinco veces ya, algo extraño que parece no convencerle al director de escena, pero a su parecer el chico rizado lo hace bien. No conoce muchos filmes con gallinas pero este debe ser uno de los mejores, piensa con diversión. Lo molestara más tarde con eso.

— ¿Ya vas a contarme? —Eve dice, sentándose a a su lado mientras come una galleta gigante.

— ¿Contarte?

— Vamos Lou, no te hagas idiota. —Golpeando su hombro con el puño, exigiendo una respuesta—. Tu cita con el chico estrella ¿qué paso?

— No fue una cita —Se limita a decir, recibiendo un golpe más de su amiga—. Auch.

La Belleza del Caos ➵ Larry's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora