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Efectos colaterales del amor.

Louis se está ahogando en nervios.
Aparcó en el estacionamiento del Fashion Show hace aproximadamente cinco minutos, faltan tres horas para que el evento empiece y a pesar de que debería estar adentro ayudando a instalar su area, aún no encuentra la forma de dejar de aferrarse al volante del automóvil.

No pensó que la magnitud de lo que sentía se viera reflejado de esta forma y eso es lo que más le molesta ahora. La cosa es que Louis sabe que va a pasar, de una u otra manera, es algo inevitable, más cuando estipularon encontrarse más tarde pero sigue aquí, perdiendo el tiempo ansiosamente mientras espera lo peor.

Respira un par de veces. Deja salir el aire de forma tranquila y se mira en el espejo retrovisor.

— Todo va a estar bien —Se dice a si mismo—. Deja de ser tan paranoico.

Asiente con la cabeza, como si se estuviese respondiendo y antes de que pueda ponerse a dudar de nuevo, abre la puerta y se impulsa para salir.

Siente el revoltijo incontrolable sobre su estómago, es una sensación terrible, algo así como sentir que podrías vomitar en cualquier momento. Como cuando tienes el presentimiento de que algo va a pasar pero no sabes que es, la diferencia aquí está Louis malditamente lo sabe.

Ahora mismo se retracta de haber deseado que este día llegará tan rápido, si hubiese sabido el martirio que sus emociones le iban a hacer atravesar lo hubiese pensado dos veces antes de estar de acuerdo.

Tiene que parar de divagar sobre escenarios inexistentes.

Cuando toma su gran valija de trabajo del asiento trasero, cierra y revisa que esté bien asegurado. Entonces Louis, con la cabeza en alto se dirije hasta las puertas del recinto.

Sabe que está en el lugar correcto porque a penas pone un pie sobre la locación todo el sitio está tendido por el movimiento incontrolable, viroteos por todas lados y personas con problemas de paciencia en cada esquina.

Sin querer molestar a nadie (más que nada porque no quiere que alguien le grite en la cara sin sentido) Louis decide buscar mediante los señalamientos del lugar, el área de trabajo en el que él y el resto del equipo estarán.

Camina con rapidez cuando el cartel de vestuarios y maquillaje le indica el camino probable. Louis pasa la puerta de doble regreso encontrando su sitio. El espacio está dividido en tres hileras, cada una tiene un cartelon colgado por encima indicando las zonas de cada empresa. 

Sin perder más el tiempo, se acerca hasta su corredor. Aún no están todos los chicos pero al menos ya puede ver a Ellis, James y Tiffany en el lugar.

— ¡Louis, llegaste! —Comenta la chica cuando lo ve acercarse.

— ¡Hola a todos!

Saluda, besando la mejilla de Tiffany y dando un abrazo al resto.

— ¿Cómo están? —Pregunta.

— Ahora bien —James dice—. Preocúpate cuando tenga una larga lista tras de mi y empiece a enloquecer.

— Lo harás bien.

— ¡Más me vale! —Responde dramáticamente.

— Escuché que vendría Pat McGrath.

Ellis comenta. Haciendo que James lo mire con impresión.

— Estás bromeando.

— Absolutamente no.

Entonces el chico regresa su mirada hacia el.

— ¡Puedes preocuparte ahora! ¡Necesito un calmante!

La Belleza del Caos ➵ Larry's VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora