La Ravenclaw que conquistó Slytherin II

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Draco.

Me siento miserable, me he sentido miserable toda mi vida pero ahora aún más. Estoy en una camilla de la enfermería, pero debería estar muerto por todo lo que he hecho... por todo lo que haré.

Y aún así no puedo dejar de pensar en ella, y me siento débil, vulnerable y miserable.

¿Qué me hiciste? ¿Por qué simplemente no puedo dejar de pensar en ti?

Solo espero a que de la medianoche, la almohada me incómoda y ni siquiera tengo ánimos de acomodarla, tan sólo espero que esto pueda acabar pronto.

Sé que algún día moriré, quizás sea esta noche, al menos así podría volver como un estúpido fantasma y visitarla cada que la extrañe, así dejaría de mirar el espejo cada noche, podría dejar de imaginarla.

Ya es hora. Simplemente dejo que mis pies descalzos me guíen por el frío corredor, pero no me importa porque no siento nada más que cansancio.

Debo hacer el hechizo, deben estar esperando del otro lado. Estoy a tan sólo unos pocos centímetros del armario evanescente, y a unos cuantos más del espejo... quizás pueda verla por una última vez.

Descubro el espejo y ella es lo primero que veo en él. Pero me inquieta verla recostada en el piso, manchada de sangre... los cortes en la misma posición que los míos hace algunas horas. Es real.. el espejo es real.

¿Qué te han hecho, Lyss?

No puedo no sospechar de mi madre, esto ha sido obra de ella y de nadie más... no puedo morir, ha vinculado mi vida a la de Alyssa.