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El año escolar ya había comenzado para Draco Malfoy, uno de los mortífagos más jóvenes. Tenía una misión la cual debía ser realizada siguiendo un estricto plan que había elaborado durante las vacaciones.

Ver por última vez a Alyssa había sido un regalo de la vida, pero la extrañaba día a día.

Desde que había llegado a Hogwarts se abstenía de visitar la Torre del Reloj ya que sospechaba que Harry Potter vigilaba sus pasos.

Narcissa, su madre, le había comentado acerca de la sala de menesteres del castillo, no tardó en encontrarla.

- Por favor, un lugar donde nadie me encuentre - susurró a la pared - por favor, muéstrame la sala de menesteres.

Día a día trabajaba en su elaborado plan de restauración del armario evanescente, tenía su gemelo en Borgin & Burkes.

- Estoy haciendo algo muy malo - le dijo a la que parecía ser su nueva amiga.

- Que hagas cosas malas no significa que seas malo, Draco - le dijo Myrtle devolviéndole la mirada en el espejo.

- No me llames así - le pidió - ella lo hacía.

- Alyssa siempre fue amable conmigo - recordó Myrtle - pero las chicas eran malas con ella, yo las escuchaba en el baño, hablar todas esas atrocidades.

- Alyssa no era una mala persona - dijo Draco apoyado en el lavabo - sólo hacía cosas malas.

- No llores, Draco - le pidió Myrtle - si quieres puedo preguntarle a los fantasmas si saben algo de ella.

- No - cortó inmediatamente - déjalo así.

Hola!!

Qué tal se encuentran hoy?

En este ff pensaba explotar un poquito más esa amistad con Draco y Myrtle (para lxs que leyeron los libros saben a qué me refiero)

Besos xoxo

- Paz.

La Ravenclaw que conquistó Slytherin IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora