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Alyssa.

Ni siquiera pude acercarme a las ninfas, no me lo permitieron. Y ahora estoy un paso más lejos de volver a ver a Draco aunque sólo sea a través de un espejo.

- Hay otra manera - suelta Nessa luego de horas sin hacer nada.

- ¿Qué se necesita? - le ordeno.

- Debes darle una parte de tu alma al espejo, sólo así podrá repararse - dice ella - pero esa parte de tu alma quedará atrapada en el espejo para siempre hasta que vuelva a romperse otra vez...

- Pero...

- Si el espejo se rompe con tu alma adentro... - Nessa se queda callada.

- Ya lo sé...

Luego de unas horas de buscar entre los libros prohibidos encontramos finalmente el hechizo que me ayudará a sacar una parte de mi alma para dárselo al espejo. Minutos más tarde el espejo está reparado y es verdad que siento un vacío en mi interior, es como si algo faltara, algo que realmente necesito. Pero mi magia está aún, y no es que me importe, pero en estos momentos la necesito. Pero no es eso, es algo más.

- Draco - desvío mi mirada al espejo, Draco me devuelve la mirada - ¿es sólo un reflejo?

- Lo es - afirma Nessa con seguridad - si te quedas mucho tiempo te jugará una mala pasada.

Nessa me ha dejado a solas con el espejo, para que pueda tener un momento de privacidad. La cara de Draco se ve hundida y ojerosa, sus ojos demuestran miedo y puedo ver el leve tiritar de sus manos. Luego de unos minutos el reflejo de Draco me habla.

- Te pertenezco a tí - dice, esta vez ha dejado de temblar - mi lugar está contigo.

La Ravenclaw que conquistó Slytherin IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora