Capítulo 05

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Me he levantado temprano, son las siete de la mañana, apenas y he dormido, no sé cómo ha hecho Taylor para ensuciar tantos platos a media noche. Es más, ni siquiera sé dónde los ha sacado porque podría jurar que no teníamos esta vajilla.

Da igual, a las tres de la madrugada no pude hacer mucho, y ya que tardé en concebir el sueño de nuevo al menos una hora, tres horas después estoy aquí, cargando una bolsa negra llena de pedazos de porcelana provenientes de mi habitación.

Apenas llego a la cocina, dejo la bolsa justo debajo del fregadero y regreso a mi cuarto por los platos que no se rompieron.

Los de plástico estoy más segura de que si nos pertenecen así que no podía tirarlos.

Cuando voy de regreso a la cocina la puerta del otro del pasillo se abre dejándome ver a una muy relajada Taylor saliendo de su habitación. ¿Cómo puede verse tan bien si se supone que durmió las mismas horas que yo?

Yo me siento como la mierda.

En cambio, ella lleva su cabello suelto pero peinado, un short demasiado corto y una blusa de manga larga con estampados de flores. No llevaba maquillaje y se ve como una jodida modelo.

Tanto que me avergüenzo por estar fachas.

No me saluda. No lo esperaba. Pero si me dedica una mirada socarrona y sus ojos viajan de abajo hacia arriba sobre cuerpo. Por primera vez el escrutinio de una mujer me pone nerviosa e incómoda.

Pero resisto, hasta que camina pasándome de largo y yendo hacia la entrada, una vez ahí voltea de nuevo, mira los platos en mis manos y descaradamente suelta un a risa que no abandona hasta que sale por la puerta principal.

Saco el aire que no sabía que estaba reteniendo en un pesado suspiro. Me las va a pagar.

Me dirijo entonces a la cocina y pongo los platos en la tarja para empezar a lavarlos.

Lo sé, es una mierda irónica.

Entonces como burla del destino Clare sale también de su habitación y cuando me ve en la cocina se acerca a mí.

— ¿Okey? Qué demonios haces...—. Pero luego me ve tallando los platos y entiende a la perfección que algo ocurrió con Taylor porque suelta una carcajada, igual a la de esa rubia infernal, que me molesta.

Pero me resisto a decirle algo, porque realmente me lo advirtió y si me siento molesta es conmigo misma por no hacerle caso, por caer en los enredos malévolos de esa ojiazul del diablo.

— No digas nada—. Le pido resignada, pero ella ríe aún más fuerte.

—Fue ella ¿no es así? —. Ni siquiera tengo que contestarle eso. — Karlie, te dije que podría hacer algo como.... aguarda exactamente qué hizo, cuéntame.

Claramente le divierte todo el asunto.

No le doy detalles, enseño los platos a modo de explicación, lo único que le digo es que estaban en mi habitación, no le digo sobre su retorcida forma de vengarse, la seducción y lo estúpida que fui al creer que realmente quería sexo conmigo.

— Esta loca—. Me excuso con eso.

— Me encanta la chica—. Dice Clare tomando asiento en la barra y apoyando su rostro entre sus manos, disfrutando de la vista que significo. — Por fin alguien te da tu merecido.

Me siento indignada. — Soy tu amiga desde hace años, ¿Cómo apoyas a una extraña antes que a mí?

— Precisamente porque te conozco Karlie—. Ahora si estoy molesta. No con Clare, pero realmente me molesta la situación.

Sé que sí [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora