Capítulo 12

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No puedo pensar, todo lo que puedo hacer es sentir, Taylor muerde mi labio inferior, gimo automáticamente y ella gime aún más.

Creía que su risa era la cosa más hermosa que podía escuchar salir de sus labios, pero sus gemidos me están fundiendo por dentro.

Esta sentada sobre mí, yo estoy recargada sobre la silla, no es una posición cómoda pero me encanta, sentir a Taylor abierta de piernas encima de mí es más caliente que imaginarla.

— Déjame a mi —. Apenas y entiendo lo que quiere decir, estoy mareada y los segundos que se despega de mi boca la extraño.

Enseguida ella saca mi mano de mi ropa para ser ella misma quien se introduce en mí. Gruño al sentir su mano en mi intimidad, tiro mi cabeza hacia atrás y ella aprovecha para gemir en mi cuello mientras me muerde y lame.

— Taylor.... —. Acaricia y gracias a lo húmeda que estoy no le es difícil deslizarse de arriba abajo por toda mi feminidad.

— Shhhh... —. Captura mi boca con urgencia y luego se levanta llevándome con ella, jadeo por la falta de su tacto en mi entrepierna. No tengo fuerzas para negarme ni autocontrol para preguntarle nada.

De pronto sus manos están por todo mi cuerpo y las mías vagan por el suyo igual de inquietas. Siento el colchón topar con mis piernas y luego caigo sobre el.

La mirada de Taylor es oscura, su pecho sube y baja y se detiene unos segundos a observarme, siento que me quemo. — ¿Y yo soy quien te provocaba?

— No lo hacía para ti, tu estabas observando como toda una pervertida —. Se deja caer sobre mí, una de sus piernas entre la mía haciendo que el contacto me haga desear más. Me toma por la mandíbula posesivamente y no podría excitarme más.

— ¿No lo hacías para mí? —. Inquiere ladeando mi rostro para luego morder el lóbulo de mi oreja y chuparlo enseguida. No me doy cuenta cuando estoy moviendo mis caderas de forma impaciente hacia ella.

Lo nota y presiona su muslo aún más fuerte contra mí. — Dime, Karlie Kloss, ¿No lo hacías para mí? ¿Por mí?

Esta mordiendo mi cuello y acariciando sin piedad mis pechos, suelo ser yo quien tiene el control, me siento más cómoda de esa forma, pero por alguna razón no siento la necesidad de intercambiar los roles.

Taylor puede hacer conmigo lo que quiera.

Y lo entiendo, entiendo su juego, su petición, empieza a moverse sobre mí y acaricia sobre mi ropa, pero no va a proseguir hasta que hable.

No quiero hacerlo. Quiero ver hasta dónde puede llegar, me mira a los ojos y siento como se clava entre mis piernas.

— Dime, Karlie —. Insiste mientras se pierde en mi cuello de nuevo, su lengua es tan caliente y deja un rastro húmedo por dónde pasa. Juro que esa misma humedad parece duplicar la de mi feminidad.

Se retira para sacarse la camisa, la tira a algún lado y coloca sus manos sobre la mía queriendo hacer lo mismo. Me incorporo lo suficiente y le permito desnudarme el torso, la veo perderse en mi cuerpo, yo hago lo mismo, Taylor es una jodida diosa.

— Pensé que no te metías con chicas como yo —. Le digo sonriendo, ella en cambio no lo hace, parece sería y determinada, engancha sus dedos en el elástico del short de mi pijama y los deja ahí, solo para provocarme.

— Las chicas como tú, necesitan que les den una lección —. Se retuerce sobre mí, luego se inclina y me besa mordiendo mis labios al final. Siento su peso desaparecer y me siento liviana.

¿Qué está haciendo? No, no puede hacerme esto otra vez, ella se aleja de la cama y sonríe de una forma malvada.

— Hija de....

Sé que sí [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora