¿El destino lo quiso así? #1

Capítulo 21

Antes del capítulo quiero felicitar a una gran amiga y fiel lectora que está cumpliendo años hoy. ¡Feliz Cumpleaños Orlanis! Te deseo lo mejor del mundo, sabes que te quiero muchísimo. Te dije que te dedicaría un capítulo por tu cumpleaños y lo estoy cumpliendo. Ahora sí, sigamos con este capítulo tan emocionante. 

Michaela Williams

Me levanté a las 6 am, desayuné con mis padres y ellos se fueron a sus trabajos. Limpié y ordene la casa. Le escribí a mi jefa para preguntarle si íbamos a trabajar y me dijo que sí. Suspiré y tomé una ducha, me vestí inmediatamente y escribí en el grupo para avisarles a los chicos que tendré que trabajar. Mientras me maquillaba ví que me estaban llegando mensajes.

Dieguito: ¡Micaela Isabella Williams Cooper, a las 10 de la mañana comienza el juego si no te veo allí no me hables!

Adam: ¡A mí tampoco!

Bestie❤ :Trabaja tranquila y habla con tu jefa si te deja salir temprano paso por ti y nos vamos juntas al juego, si sales en tu horario normal no hay ningún problema.

Tú: Gracias bestie, yo les escribo cualquier cosa.

Dieguito: ¡Te quiero ver entre el público Micaela!

Tú: Igual tienes mi apoyo.

Adam está escribiendo...

Tú: Adam, tú también tienes mi apoyo.

Adam: Je, je.

Tú: Me voy al trabajo, ¡los amo!

Bestie❤: Nosotros a ti también.

Tomo mis cosas y bajo las escaleras, al cerrar la puerta principal me dirijo a la parada del autobús. Mientras esperaba escuchando música un auto rojo deportivo se detuvo frente a mí, me puse muy nerviosa al pensar que sería Jake. Bajaron la ventanilla del copiloto y me encontré con Erick sonriendo.

—¡Hola Mica! ¿Qué haces?

—¿En la parada de un autobús?—Me llevo una mano al mentón pensativa—Pues, esperando un autobús.

—Uy que chistosa, ¿A dónde vas?

—Al trabajo, ¿tu?

—A casa de Jake...—Parece pensar algo—¿Te llevo?

 —¿Eh?

—A tu trabajo Micaela.

—Ahhh, si no te molesta.

—Claro que no, sube.

Me subo en el lado del copiloto.

—¡Micaela!

Doy un respingo y me quito los audífonos.

—¿Qué?

—¿Vas al juego?

—¡No lo sé!—Suspiro pesadamente—Tengo que trabajar.

—¿Y porque te molestas?

—Porque los chicos no dejan de decirme que si no voy a ese juego dejarán de hablarme.

—¿No quieres ir?

—Sí, claro que sí. Pero no sé si mi jefa me dejará salir antes.

—Ah, entiendo. Pero ellos deben entenderlo.