Capítulo 22

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Al llegar a la casa de Jake, donde era la fiesta, habían un montón de autos estacionados en la calle y grupos de personas con cervezas en sus manos. Jake deja su auto obviamente en el garaje de su casa, pasamos por la puerta de allí que va directo a la cocina.

—¿Quieren algo de beber chicas?

—¿Y a mí no me vas a preguntar?—Cuestiona Erick

—¿Para que te voy a preguntar si llegaste directo a el refrigerador?

—Es que... ya soy parte de esta familia.—Dice sonriendo recostado a el mesón con una cerveza en la mano

—Claro, ¿chicas?

—Una soda está bien.—Le digo sonriendo

—Yo quiero una cerveza.—Dice Esteff a mi lado

—Bueno.—Jake saca la cerveza y la soda del congelador y nos las entrega sonriendo—Si me disculpan debo supervisar mi casa.—Dice señalando la sala de estar por encima del mesón

—Tranquilo.—Le digo tomando de mi soda

—¿Enserio no quieres cerveza?—Cuestiona Erick

—No, gracias.

—Aburrida.—Escucho que susurra y Esteff comienza a reír

—¿Los chicos vendrán?—Cuestiono mirando a las personas frente a nosotros

—Obvio, son parte del equipo.—Responde Erick

Me doy la vuelta y me dirijo a la sala a ver si ya llegaron. No se ve mucho porque las luces están apagadas, solo hay luces tipo disco de colores que se mueven. Está sonando Tattoos Together de Lauv, las personas bailando al ritmo de la música, esta canción me encanta pero me duelen mucho las piernas. Sigo buscando entre las personas y no los veo, cuando me acerco a los sillones allí están charlando con Jake.

—¡Chicos!—Ellos se giran en mi dirección y se cruzan de brazos frunciendo el ceño, Jake comienza a reírse

—Creo que mejor me voy, los dejo con su drama.

—¡No es drama!—Grita Adam

—Una "amiga"—Diego marca las comillas con los dedos—no te abandona en un momento tan importante.

—¡Estaba trabajando, no estaba jugando muñecas!—Jake se queda mirándonos riendo y se aleja. Me siento en su lugar junto a Diego

—Pues, no te perdono.

—Diego por dios deja el drama.

—¡¿Y yo qué?! ¡¿No te interesa romper mi corazón?!—Dice Adam asomándose junto a Diego

—Ganaron el partido, ¿no estás feliz por eso?

—¡Siiiiiiii!

—Mañana te compraré un pastel de chocolate y te lo llevaré a tu casa, pero...—Lo señalo con el dedo índice—debes perdonarme y dejar el drama.

—¡Lo prometo!—Sonríe con los dedos cruzados. Okey, ya va uno, Adam es el más fácil con comida perdona todo.

Miro directamente a Diego—Discúlpame por favor, estaba muy ocupada trabajando. En este momento es que estoy respirando tranquilamente.

—Micaela, eso lo entiendo. Pero ni siquiera te tomaste un momento para llamarme o enviarme un mensaje, eso es lo que me molesta.

—Lo sé.—Bajo la mirada y suspiro—No fue mi intención...

—Ahora dime, sino fuese porque viste que nos salimos del grupo o porque Esteff te llamó ¿te hubieses acordado?

No tuve el valor de mirarlo a los ojos porque tiene razón, en ningún momento recordé el juego.

¿El destino lo quiso así?  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora