Capítulo 1 -El Chico se convierte en Explorador de Mazmorras (1)-

565 67 4
                                    

El padre era el heredero directo de un clan conocido por su destreza en el arte de la lanza. Habían otros clanes de artes marciales antiguas regados por toda Corea, pero mi padre era fuerte incluso entre los herederos. Mientras crecía, ni una sola vez vi a mi padre perder. Aun así, él se quejaba todos los días de su mala fortuna, diciendo cosas que yo no podía entender.

— Tsk ¿Que uso tiene ser fuerte en el exterior? Sin Qi, es apariencias sin sustancia.

— ¿Key? ¡Shin tiene una llave!

— Jaja, key no, Qi. Es la energía que acumulas dentro de tu cuerpo.

Por supuesto, como solo tenía ocho años de edad, no entendí a lo que mi padre se refería con acumular energía dentro del cuerpo.

Yo estaba interesado en otras cosas. Viendo a mi padre aplastar rocas con sus puños desnudos o taladrar un agujero en una pared de concreto con una lanza de madera en menos de 10 segundos, pensé en querer ser tan fuerte como él.

— Tú también puedes hacerlo.

— ¿De verdad? ¿Puedo ser tan fuerte como tú, Papá?

— ¡Por supuesto! Solo tienes que entrenar duro.

— ¡Bien!

Yo estaba en una edad en la que admiraba a los superhéroes de las historietas. Fue por eso también que caí tan fácilmente por las zalamerías de mi padre.

Él intencionalmente no me dijo el detalle de que me tomaría docenas de años de entrenamiento. Me forzó, a su hijo de menos de diez años, a escalar montañas e incluso me abandonó en la selva. Dijo que era un proceso necesario para convertirme en un héroe.

¿Obedientemente hice lo que dijo? ¿Cuándo tenía solo ocho? ¡Por supuesto que no! Al principio, berreaba a gritos. Sin embargo, la única persona que podía animarme en esta situación, mi madre, estaba en Corea. Yo, por otra parte, estaba en el medio del bosque lluvioso del Amazonas con mi padre. Incomunicados con el mundo exterior, mis gritos de ayuda no eran escuchados por nadie.

— ¡ Uwaaaaaaah!

— ¡Cállate! ¡No habrá cena hasta que mates a esa serpiente!

— ¡Te odio papá!¡ Uwaaaaah!

Mi primer descanso de verano, que pasó cuando tenía ocho, parecía durar para siempre. Fue igual en el descanso de invierno, en el siguiente descanso de verano, y en el siguiente de invierno

Durante dos años, aprendí las bases de las artes marciales. A la edad de diez, era capaz de adoptar una buena postura. Mi cuerpo era enorme, a diferencia de los demás de mi edad, y mis, una vez tiernos brazos, se volvieron un poco musculosos.

Aunque los chicos de mi edad decían que me veía genial y me seguían a todas partes, las chicas se distanciaron de mí, diciendo que el adorable Shin se había convertido en un monstruo.

Hmph, chicas. Una vez que crezcan, no hay duda que se volverían locas cuando vieran músculos Por supuesto, en ese entonces, yo también era joven, y viendo como mi cuerpo seguía cambiando, le sollocé a mi padre que me devolviera mis brazos. Me dio una golpiza. Ya hacía mucho tiempo que había dejado de tratarme como a su hijo adorable.

Y pasó el tiempo y en mi décimo cumpleaños, finalmente mi padre sacó el tema.

Fue una historia acerca de mazmorras que se quedaría conmigo por el resto de mi vida.

— En la mazmorra, hay montones de cosas valiosas. Piedras de Mana, Armas mágicas ¡Caray, incluso la piel de orco sería tratado como un nuevo material nunca antes visto en la Tierra!

[1] La competitiva sociedad infinita de mazmorras/ICDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora