CAPÍTULO 25

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MINI MARATÓN 1/2

Al rato la señora, que me dijo que se llamaba Amelia, volvió con una bandeja con sopa, pan y agua, no me iba a quejar de la comida porque estaba muerto de hambre y la verdad era que sabía bien.

—¿Ahora qué? —pregunté cuando me lo terminé, Amelia no había salido de la habitación, había cogido una silla para sentarse a un lado de la cáma donde yo seguía enchufado a los malditos tubos.

—Tengo que hacerte un par de análisis y ya estaría.

—¿Se puede saber para qué son?

—Simple, queremos saber si estas en buen estado de salud tras haberte inyectando el suero que te durmió.

—¿Y no habéis tenido tiempo en cuatro días? Ya sabes, si me pasara algo yo creo que llegáis un poco tarde —no entendía el porqué estábamos aquí si no querían hacerles pruebas a los quirky y estaban malgastando su tiempo conmigo mientras ellos se paseaban por ahí e iban al comedor.

—Cállate un rato anda.

—¿Perdona? —encima que me secuestraban me mandaban callar.

No me contestó y se dedicó a sacar todo lo necesario, yo presté atención a todo lo que iba a utilizar y me relajé al ver que no había nada raro, solo lo normal que se utiliza en un análisis.

Tras cinco minutos ya estaba andando por el pasillo siendo guiado por Amelia hacía la jefa que supuestamente había pedido verme, el sitio parecía ser bastante grande, lo único era que no había ventanas así que supuse que estábamos bajo tierra.

—Aquí es —habló mi guía un poco después— Llama y entra.

—¿No vienes? —no es que ella me cayera bien pero era mejor estar con Amelia que solo con la señora a la que ví matando a una persona.

—Yo te espero aquí.

Me di la vuelta para quedar frente la gran puerta echa de roble, cogí y solté aire lentamente para lograr tranquilizarme y tras eso golpeé suavemente en la madera.

—Adelante —se escuchó desde el interior la voz que yo ya conocía a la perfección.

Sujeté el pomo y abrí la puerta para entrar a lo que parecía ser un gran despacho organizado y decorado de manera admirable, la combinación de tonos y la colocación de los muebles daba una sensación de amplitud sin necesidad de ventanas.

—Buenas tardes joven Styles —llamó mi atención de nuevo la señora que estaba sentada tras el escritorio del mismo material que la puerta que acababa de atravesar, en una silla de color blanco y de gran tamaño.

No contesté porque no veía el porqué tenía que ser amable con esa gente si yo lo único que necesitaba era salir de allí con mis amigos y novio.

—Harry podrías contestar cuando se te habla —me daba la sensación de que me estaban regañando cómo a los niños pequeños.

—Eres tú la que a pedido verme, no yo, así que supongo que la única que tiene que hablar aquí eres tú.

—¿Y no quieres preguntarme nada?

—Sí, pero dudo que me vayas a dar la respuesta que quiero escuchar —ni yo sabía de dónde me había salido tanto valor de repente, supuse que fue el echo de haber tenido que mentir, engañar, huir, enamorarme, conocer a gente con poderes, ser secuestrado y el ver a gente morir, y que por ello esta charla no era algo por lo que debería estar asustado ni nervioso.

—Prueba haber.

—¿Me dejarías irme de aquí con mis amigos?

—No —solté una carcajada aunque esta situación no me hiciera ni pizca de gracia, solo era el echo de que pretendía ir de simpática cuando la había visto asesinar a alguien y luego drogárnos.

POKER FACE 𑁍 L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora