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Capítulo doce: Hablar

________ no fue durante tres días seguidos a la escuela, su madre e incluso su padre estaban bastante preocupados, pero ella se las había arreglado para que no hicieran demasiadas preguntas, el problema era Changbin.

—¡No puedes seguir ahí, ni siquiera hay una buena razón para que faltes tantos días a la escuela! —gritó Changbin del otro lado de la puerta.

—Mira, me duelen los ovarios, es algo que no entenderías a menos que los tuvieras. Ahora vete porque si no vas a llegar tarde a la escuela. —dijo pasando sus manos por el reciente maquillaje que se había puesto para cubrir sus heridas, luego abrió la puerta encontrándose con su hermano mayor molesto.

—Es que...

—Estoy bien ¿sí? El lunes volveré a la escuela.

—Son muchos días. ¿Cuánto dura tu periodo? —preguntó mientras examinaba la cara de su hermana.

—Uhm, depende, soy irregular. —inconscientemente se cubrió la mejilla con su mano izquierda. —En fin, largo.

Dijo por último y cerró la puerta del cuarto en la cara de Changbin, no le gustaba mentir y mucho menos con un tema sobre la menstruación, pero no encontraba otra cosa con la que su familia le pudiera creer.

De todas formas, su madre se dio cuenta de una cosa bastante extraña, cuando ________ no iba a la escuela Seungmin siempre se encargaba de ir para que pasaran el resto de la tarde juntos, pero no se apareció durante toda esa semana que faltó a la escuela.

El sábado por la mañana, decidió que como su hija no quería hablar con ella, quizá, solo quizá, se animaría a hablar con su padre, entonces le llamó para que fuera a la casa y el señor aceptó sin dudarlo un segundo.

—Nena, soy yo. —dijo su padre del otro lado de la puerta. —¿Puedo pasar un momento?

Antes de abrir se vio al espejo para verificar que su maquillaje cubriera las heridas y hematomas que tenía, cuando estuvo segura de que no se veía nada por fin dejó a su papá entrar.

—Hola, tiene mucho tiempo que no venías. ¿Pasa algo? —claramente ella sabía que sus padres estaban preocupados.

—Uhm, bueno. Tal vez quieres hablar. —se sentó en la silla del escritorio de la pelinegra. —Tu madre y tu hermano han notado que tu... uh, estás un poco distante. Realmente no tienes que decirme nada si no quieres, no hay ningún problema, solo quería recordarte que nosotros estamos aquí contigo, siempre te vamos a escuchar. ¿De acuerdo?

Ella asintió levemente mientras sus ojos comenzaban a picar y se le hacía un nudo en la garganta, se lanzó a los brazos de su padre y no pudo contener más el llanto. De verdad la estaba pasando muy mal.


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Seungmin no estaba mejor que ella, en su salón nadie paraba de hablar sobre la situación en la que estaban ambos, ni siquiera sabía cómo se habían enterado, pero le dolía tanto escuchar la forma en la que hablaban de ella y era tan cobarde que no se atrevía a decir algo al respecto.

𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐞𝐫𝐭𝐞 | 𝐒𝐞𝐮𝐧𝐠𝐦𝐢𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora