Tύ ereѕ мι deвιlιdαd© |KTH| >>+18

~Capítulo 12~

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Llegué más temprano de lo usual al salón de clases, las primeras horas son con el profesor Kim así que me sentía un poco nerviosa de verlo de nuevo pero estaba más nerviosa por quien vería primero, si al profesor o a mi nuevo compañero. Para mí sorpresa la segunda en llegar fue Lily, sonrió en mi dirección y de inmediato se sentó a mi lado derecho, estaba sorprendida pues ella no solía llegar tan temprano a clases. 

—¿Y el chico sexo aún no llega?— dijo como si nada y sentí mi rostro arder. 

—Cállate Lily, si te lo conté no es para que lo digas en voz alta— le apreté el brazo con la cara ardiendo. 

—Tranquila Su, no hay nadie en los pasillos— río divertida y se puso más cómoda—, dime, ¿es muy apuesto? ¿Me quedaré en shock al verlo? 

Sus preguntas me hacían entrar en calor, no quería contestarlas pues a veces sus preguntas eran tan directas que me dejaban callada en algunas ocasiones. 

—Buenos días— dijo el profesor Kim al entrar. 

Miró rápido sobre sus lentes y nuestros ojos se encontraron, sentí un pinchazo en el estómago pues ya me estaba poniendo nerviosa. 

—Buenos días— dijimos al unísono Lily y yo. 

La cara me ardió y no encontré otra forma de evitarlo más que recargar mi cabeza contra mi mesa, Lily de inmediato soltó una risita pero se quedó callada al momento. 

—Buenos días— me tensé al reconocer aquella ronca voz. 

Sentí la cara arder y solo cerré los ojos, mi corazón comenzó a latir muy rápido por la situación. 

Sentí la silla de mi izquierda moverse y contuve la respiración. 

—Buenos días, nena— dijo en un suave susurró que sólo yo pude escuchar. 

Apreté mis muslos pues su voz se escuchó tan encantadora como de costumbre. 

—B-Buenos días— conteste de la misma manera pero sin mirarlo. 

No tenía las agallas pues sentía la mirada de Jin sobre nosotros y no sólo la de él sino también la de Lily, no quería enfrentarme a sus ojos. 

—¿Nerviosa?— escuché su susurró acariciarme la piel de la oreja. 

Su respiración caliente me hizo sentir más nerviosa, no creo poder aguantar estas situaciones, son demasiado para mi corazón pero la adrenalina que siento al mismo tiempo me excita de cierta manera.

El timbre no tardó en sonar y el aula comenzaba a llenarse de voces y murmullos de los demás estudiantes, solo espero que el día no sea tan eterno o al menos el tiempo que los dos estén en la misma habitación. 

—¿Alguien puede decirme en que nos quedamos la última clase?— el profesor preguntó al aire y yo aún seguía con la cabeza en mi mesa—. ¿Señorita Sujin? 

Me incorporé de nuevo en mi asiento al escuchar que me llamó, tenía la cara ardiendo y nuestros ojos se encontraron de nuevo, parecía divertido con la situación.