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Sus respiraciones eran erráticas bajo el silencio que reinó en la habitación por unos segundos en tanto que sus cerebros hacían una conexión y comprendían lo que sucedía

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Sus respiraciones eran erráticas bajo el silencio que reinó en la habitación por unos segundos en tanto que sus cerebros hacían una conexión y comprendían lo que sucedía.

Cuando Hyunjin consiguió abrir la boca, lo primero que salió de ella fue una maldición, entonces comenzó a deslizar su miembro fuera del culo de Felix, mas un quejido lo detuvo.

— Mmmgh — Era Felix quien gimió al sentir el pene del otro moverse hacia afuera, y en un acto reflejo apretó su entrada al no querer dejarlo ir.

El joven se dio cuenta de su imprudencia, pero ya era tarde, el policía lo notó y casi pudo ver una sonrisa socarrona en sus labios. Ambos se debatían entre lo correcto o el placer, aunque en ese momento ambos parecían mezclarse hasta parecer uno solo.

El rostro sonrojado de Felix se ocultó entre sus brazos alzados, avergonzado de lo descarado que era su cuerpo al actuar así.

— Maldita sea, no hagas eso — Gruñó Hyunjin cercano a sucumbir a sus deseos por joder al chico.

— ...Lo siento — Soltó en tono bajo, penoso, casi suplicante por un poco de caricias.

El alcohol que los llevó a enredarse en la cama, con la impresión de la apabullante verdad dejó sus sistemas, no así la pasión, no así el deseo que parecía corroerlos con demasiada rapidez.

— Eres una jodida princesa malcriada — Farfulló cuando sus sentidos sobrepasaron a la razón.

El pene del policía volvió a insertarse con fuerza dentro del agujero de Felix, golpeando con rudeza sus testículos contra las pomposas nalgas. Un chillido de placer salió de esos labios rosados, tan apetitoso que Hyunjin tuvo que probarlos una vez más.

— Por favor, te necesito más profundo — Suplico Felix entre gemidos.

Hyunjin se lo dio, su pene pujando por ir tan profundo como pudiera, su glande acariciando deliciosamente el punto dulce del joven hasta el delirio. Tomó entre sus manos las caderas de Felix para lograr un ritmo más certero.

La cama chocando contra la pared, las esposas sonando a cada empuje, y los gritos y jadeos que de boca del joven salían, a ello le acompañaban los gruñidos de Hyunjin.

— ¡Ah! Hyun-Hyunjin...

Tan cerca estaban del orgasmo que no podían parar. Las caderas del policía se movían con furia contra la ingle del menor, así hasta que un grito le informó que el orgasmo ajeno llegó, y tan sensible como Felix estaba, Hyunjin siguió golpeando su cálido interior produciéndoles a ambos deliciosos espasmos; Entonces se corrió en el interior.

— Demonios — Jadeó Hwang, — demasiado bueno — Murmuró cerca del oído de su pareja de cama.

Al momento de que su pene abandonó el cuerpo ajeno, su cerebro comenzó a recobrar el buen juicio, y de nuevo se reprendió. Jodió al hijo de un mafioso. La situación le excitaba mucho, pero eso no suplantaba lo incorrecto que podía ser, especialmente porque involucrarse con alguien así significaba que posiblemente la mafia podría matarlo si les apetecía. Todo por meterse con una princesita de la mafia.

 Pasión en la Mira » ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora