24|Billie

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La luz del sol entró tan cálida como una nunca antes lo había hecho. Billie sentía una mano delgada y femenina abrazando su vientre por debajo de la playera que ocupaba para dormir; rozó sus dedos con los de la otra chica sintiendo su piel erizarse. 

Con cuidado de no despertar a Lana comenzó a girar para quedar de frente a ella, le tocó la frente, la nariz, la comisura de los labios y el cuello deteniéndose justo por encima de la clavícula; casi no podía creer que estuviera ahí, tan cerca de una chica tan hermosa. 

-Buenos días --susurró Lana sin abrir los ojos. 

-Buenos días --respondió Billie.

Lana la abrazó aún más fuerte haciendo que sus cuerpos quedaran tan cerca como para decir que ambas eran parte de una sola. 

-¿Finneas sabe que estás aquí? --le preguntó Billie pasando su mano por el rostro de Lana para quitarle el cabello que se había ido para el frente. 

-Sí, digo, supongo que sí. Anoche le dije que vendría a verte y aquí me quedé --rio--, soy muy ridícula. Me siento tonta de lo cursi que me estoy comportando. 

-No, no. No pares --Billie le sonrió y se acercó con confianza hasta los labios de Lana para darle un beso tan tierno como los pajaritos al tomar agua de las fuentes.

Lana repasó el brazo de Billie con especial determinación que la joven O'Connell sentía un extraño cosquilleo por detrás de la nuca; su mano bajó hasta entrelazarse con la de Bill mientras miraban sus ojos: los de Bill azules como el cielo y los de Lana café como la caoba. 

-No lo haré. No quiero parar de quererte, jamás --le susurró Lana antes de volver a besarla, lento, sin miedo, como si nada de lo que había ocurrido realmente lo hubiera hecho. 

-¿Lana?

-¿Sí? 

-Sé que tengo secretos, muchos de ellos son difíciles y podrían hacer que ya no me quisieras...

-No digas eso --la interrumpió.

-Shh, déjame acabar --Lana asintió en silencio --; cuando descubras la verdad y tengas que decidir entre lo que está bien y lo que no, debes prometerme que escogerás lo que está bien, no quiero que hagas algo ridículamente cursi y decidas quedarte a soportar el infierno que es mi vida. Esto no es una película y mucho menos una novela en la que las cosas terminan todas bien. Por favor, Lana, si las cosas se ponen peor... Si descubres la verdad, y te lo digo ahora en el completo uso de mis facultades mentales, prométeme que te irás y no voltearás atrás. 

>>Tendrás que desaparecer.

-No lo sé, Bill. No creo que exista algo lo suficientemente malo como para hacerme dejarte aquí, sola. 

-No estoy sola, estoy con Finn. 

Billie acomodó su cabeza debajo del cuello de Lana entrelazando sus piernas por debajo de la sábana. 

-Yo también tengo secretos --susurró Lana. 

-Lo sé, cualquiera que haya llegado aquí los tiene.

Las flores que tornaron azules; B.EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora