10| Finneas

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El espacio en el que se encontraba ya era demasiado para él. La última vez que Billie se había perdido, pasaron cerca de dos días para que realmente pudiera encontrarla. Odiaba sentirse tan incapaz de no poder hacer nada por el bien de su hermana. 

Finneas O'Connell, el hermano mayor de Billie había sido su protector y guardián desde que tenía memoria, haber madurado a una edad tan pronta lo convertía en el portador de un peso demasiado grande sobre los hombros. 

-Gracias -- le dijo a la chica que conducía el vehículo.

-No hay problema, estoy en busca de aventuras. -- Finneas asintió sin preguntar nada más. En otros casos hubiera exigido saber su amabilidad o su identificación. No se fiaba de cualquier persona en el pueblo, algunos de ellos ingratos habían juzgado a su hermana por tener gustos diferentes los demás, por haberse intentado suicidar y, sobre todo, por ser la niña huérfana que vive cerca del lago. 

-¿Cuál es tu nombre? 

-¿Mm? -- Lana no sabía si quería volver a decir su nombre completo en voz alta así que fingió no escucharlo para ver si volvía a insistir. 

-A alguien debo agradecerle.

-Lana -- continuo andando despacio. -- ¿Hacia dónde me dirijo?

-No tengo idea. 

-No, hablo enserio. No soy de este pueblo y estoy casi segura de que he dado vueltas en círculo por más de treinta minutos -- entonces Finneas miró por la ventana viendo el letrero neón del bar en el que cantaba. 

-Claro, sí, es verdad. Esta vez gira a la izquierda en la siguiente calle, solo hay que recorrer el camino hasta mi casa, Billie no suele ir a muchos lados, esta tarde iba a...

Entonces Finneas tuvo una idea, quizá su hermana había tenido de nuevo un ataque de pánico al sentirse insegura pidiendo el trabajo que tanto le había insistido que tomara. 

-Iba a... -- Lana carecía de dramatismo, le gustaba que las cosas fueran al grano y no dejaran las frases volando, la ponía nerviosa. 

-Iba al cine a pedir empleo. Creo que podemos comenzar ahí... gira aquí a la derecha -- dijo Finneas señalando una calle --, a veces vuelve sola a casa pero no es nada seguro...

-Oye, enserio esto está comenzando a sacarme de mis casillas. ¿Puedes dejar de pensar en voz alta o de hablar a medias?

-Si, disculpa, solo estoy muy agotado de tener que mirar por Billie. Es muy buena en todo lo general pero luego de la muerte de mi padre fue como si retrocediera demasiado en lo que tanto trabajo le había costado avanzar. 

-¿Tiene algún problema? -- preguntó Lana con el interés tan común que se puede adquirir dentro de una conversación. 

-Baja autoestima es un problema. Siempre le digo que ella destaca entre la multitud pero Billie rechaza la idea diciendo que destaca por las cosas equivocadas. 

-Tal vez solo necesita una nueva perspectiva -- dijo Lana mientras Finneas miraba por la ventana con desesperación. 

-Para, para, para -- le gritó a la chica tras el volante, ella se asustó y pisó el freno en seco. El auto que llevaban atrás les tocó la bocina y aceleró al pasar a su lado. 

-¿Qué ocurre? -- preguntó pero Finneas ya había bajado del vehículo.

Las flores que tornaron azules; B.EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora