Los problemas regresan.

4 0 0
                                    

Faltando dos días para el cumpleaños de Danna y Darío, Dilian comenzó a tomar medidas muy drásticas para su cuidado y protección, no quería que nadie le hiciera daño a su familia, así que por instinto optó por comprar algunas trampas de oso, además de ir a una tienda de armas y adquirir una glock 17 gen 4, para ultimo recurso, compró suficientes municiones y se tornó de regreso a su casa, el pensaba en tomar justicia por su propia mano, aunque eso pudiera costarle su vida, su seguridad, su libertad y la oportunidad de finalmente vivir feliz con sus hijos.

-¡He llegado amor!- Gritaba Dilian mientras entraba.

-¡Qué bueno amor!, ¿Crees poder ayudarme a vestir a los niños?- Me gritaba desde una de las habitaciones.

-Claro, dame un segundo.- Le contestaba mientras dejaba el arma escondida en otro sitio junto con sus municiones.

Me disponía a ir hacia donde se encontraba Hyuki, caminando de un lado al otro de la casa, finalmente lograba llegar con ella y con mis hijos.

-¿A quién debo vestir?- le preguntaba mientras me sentaba.

-Necesito que me ayudes con Darío, más tarde va a venir Fey, así que por eso les di un baño antes de su hora.- Me miraba de reojo.

-¡Oh, que bueno!- Le contestaba mientras procedía a vestir a uno de los niños.

-Desde hace tiempo que he tenido esta duda.- Me decía mientras se acomodaba frente a mí y me miraba a los ojos. -¿Cómo conociste a Fey y hace cuánto?-

Daba un trago de saliva y procedía a contestarle. -La conocí en la preparatoria, de repente se presentó ante mí y nos hicimos buenos amigos, aunque ella lo que quería era que saliéramos, realmente no me interesaba mucho más que para una amistad.- Reía para después continuar con una sonrisa en el rostro. -Y ya tiene mucho tiempo, desde antes de conocerte, fue una buena amiga por mucho tiempo, realmente no pensé que fuera ella quien nos apoyaría-

-Ya veo amor, yo realmente llegué a pensar que tenías a otra chica.- Mencionaba nerviosa.

-¿Eh?, ¿De qué rayos hablas?- Le contestaba mientras acomodaba al pequeño.

-Fueron celos, los vi muy cercas, muy juntos en algún momento y se me fue la mano, pero ahora que me dices entonces puedo estar tranquila.- Reía mientras me veía.

-Así que estabas de celosa.- Tomaba su mano mientras me acercaba.

-¿Eh?, algo así, pero ya no importa.- Nerviosa volteaba a otro lado.

-Pero amor, sabes que solo tú eres la persona, la que me ilusiona, la que me emociona, por ti pierdo el rumbo y en cada segundo me voy de este mundo a consentirte a ti.- Mencionaba mientras me acercaba para robarle un beso corto. -Entre el cielo y el infierno solo hay un espacio, solo hay un abismo, y es ahí donde quedo cuando me abandonas me quedo solo, solo sin ti...-

-Amor...- Mencionaba con lagrimas en los ojos. -

Nos sonreíamos uno al otro y me levantaba de la cama para salir de la habitación. -Hoy te toca descansar, debo consentir a mi princesa.- Reía mientras salía poco a poco de la habitación, para mi mala suerte había alguien tocando la puerta. -¿Quién es?-

-Necesito que salgas ya.- Una voz conocida se hacia presente afuera de mi casa.

Procedía a salir de casa y para mi sorpresa se encontraba Leinad, se encontraba molesto e irritado. -¿Qué sucede?, ¿Qué es tan importante?- Decía cerrando la puerta.

-¿Qué le hiciste a Fey?, está molesta, matando a cualquier hombre que se atraviesa bajo su propia mano o asesinándolo por medio de otro.- 

-¿Qué?, ¿Qué tengo que ver con ello?- Mencionaba confundido.

-Acaba de decir que por tu culpa, que todos tendrían que pagar por tu pecado.-

-¿Dónde está?-

-No creo que tarde mucho en hacer estragos por aquí, ten mucho cuidado, ¿Si?- Mencionaba mientras se desvanecía con el aire.

Salí corriendo a buscar a Fey, para mi suerte se encontraba realmente cerca, conservando a una distancia considerable intentaba llamar su atención. -Fey, ¿Qué estás haciendo?-

-¡Tú, Eres un maldito egoísta!- Me gritaba con ira.

-¿De qué hablas?- Le cuestionaba con duda.

-Lo que le dijiste a Hyuki, ¿Realmente no soy nada para ti?, yo que quería pasar la eternidad a tu lado.- Me reclamaba mientras comenzaba a sacar una oz y sus ojos se oscurecían.

-Pero Fey, no le voy a decir que terminamos juntos, que tuvimos algo que ver.- Le gritaba mientras retrocedía un poco.

-Yo no valgo nada para ti, así que mereces pasar al más allá.- Se acercaba flotando hacia mi.

-Entonces prefiero renunciar a mi vida, quiero estar contigo toda la eternidad.- Me acercaba dando pasos ligeros hacia ella.

-No intentes endulzarme con tus palabras, no caeré ante ti.- Me levantaba con su oz y me sacaba el alma.

-Adelante, llévame contigo, lo único que quería era despedirme de mis hijos, de mi madre y de mi padre, después de eso yo quería irme contigo para siempre, inclusive pensé en aceptarle a Hades su propuesta.- Me estiraba intentando alcanzarla.

-¡Mientes!- Me decía llena de ira. -¡Eres un mentiroso, no te creo nada!-

-Por favor, dame una oportunidad más.- Lograba soltar mi alma de su agarre y saltaba abrazándola aunque pudiera pulverizarme. -Quiero estar contigo siempre, tu fuiste quien me robó el corazón.- Le robaba un beso mientras estábamos en el aire.

No le di oportunidad de responder, me encontraba fuera de mi cuerpo, besando a la muerte misma, renunciando por completo a mi vida para estar con ella.

-Por favor, solo te pido que me des 2 días más, te juro que regresaré a tu lado, haremos una vida nueva en el inframundo, por la eternidad, te daré toda mi vida entera si hace falta, yo te amo.- Decía sin apartar la mirada de ella.

-¿Lo dices enserio?- Sus ojos comenzaban a recuperar su color y el brillo que siempre había visto en ella.

-Claro que sí, estarás ahí, te prometo que después de ese día tú y yo nos marchamos juntos.- Le sonreía.

Acababa de hacer una promesa a la muerte misma, si eso lograba hacer que mis hijos y esposa estuvieran a salvo, engañaría a cualquiera para eso.

En búsqueda de una verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora