Justo cuando cruzaba la puerta de mi casa, pude notar una sensación extraña en el interior, entre varios gritos llamando a mi madre se perdía en la inmensidad de la habitación principal.
-¡Madre!, ¿Dónde estás?-
Buscaba por su habitación, buscaba en la cocina, en la sala de estar y aun así no la lograba encontrar; en su búsqueda logré escuchar un sonido en el jardín trasero y ahí fue cuando la idea vino a mi cabeza.
-¿Por qué no revisé ahí?-
Me preguntaba mientras recordaba que mamá solía tener unos cuantos sembradíos de tomate, fui con prisas a saludarla y le di un cálido abrazo a aquella mujer que me había dado más que una vida.
-¿Estás bien madre?, ¿Qué sucede?, ¿Qué necesitabas hablar con tanta urgencia?-
Como un pequeño niño me ponía a cuestionarla, la preocupación me intrigaba, y así mismo, un caos en mi mente provocaba...
-Tranquilo hijo, vamos adentro a comer y ya ahí conversamos.-
Ambos entramos a la casa nuevamente, por fortuna mi madre no se había cansado mucho haciendo la comida, hizo unos sándwiches deliciosos, se podría decir que sólo los de ella me encantaban tanto como te puede llegar a gustar un vaso de tu nieve favorita. Nos sentamos en el comedor dando paso a la conversación que teníamos pendiente...
-Es una delicia, tan deliciosos como siempre.- Mencionaba mientras me chupaba los dedos en señal de gusto, puesto que de estos sándwiches se desbordaba el queso que le había puesto mi madre. -Me tenías realmente preocupado, tanto que siquiera podía pensar con claridad.-
-Perdón por preocuparte hijo, pero es algo que quería que habláramos antes de que tu padre llegara.- Me decía con un poco de nervios, se podía escuchar entre sus palabras sus pocos ánimos de verlo.
-Pero ¿Qué es lo que sucede que no quieres que se entere?- Una sensación extraña me recorría por la espalda, llegando hasta mis brazos en forma de escalofrío.
-Fui al médico a hacerme unos cuantos exámenes, debido a que algunas lesiones que me ha hecho tu padre no se logran cerrar.- Se podía notar como es que su aliento se entre cortaba mientras más seguía la plática.
-Supongo que no han sido cosas buenas...- Le daba un sorbo al jugo de naranja que me había servido.
-Estás en lo correcto, me ha comentado que no hay algún tratamiento controlado para poder generar las células que estoy perdiendo, lo cual, es la misma razón por la que no se cierran mis heridas.- Podía notar como empezaba a llorar, aquél ser tan bueno estaba quebrando en llanto, era la primera vez que pasaba. -Pero me ha ofrecido una oportunidad...-
-¿De qué se trata?, no es riesgoso, ¿cierto?- Los nervios empezaban a traicionarme de tal forma que se empezaba a acelerar mi respiración.
-Se trata de ser sujeto de prueba ante tal tratamiento, me mencionó el médico que podría contraer algún tipo de cáncer, debido a que provocaría un crecimiento acelerado de las células de mi cuerpo." Bajaba un poco la mirada en señal de tristeza.
-Ya entiendo...- Me acercaba a ella. -Mira madre, sé que eso podrá ser riesgoso, pero si quieres intentarlo yo te apoyo, sencillamente es algo que debes de decidir y a mí me corresponde el apoyarte.- Tomando una de sus manos le dedicaba una sonrisa de apoyo.
-Es que si quiero intentarlo, porque si funciona podría ser de mucha ayuda para aquellos que lo necesiten en el futuro.- Alzaba la mirada, yo lograba ver su determinación. -Sé bien que corro un riesgo inminente, pero si no sacrifico algo no puedo ser capaz de cambiar nada.-
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En búsqueda de una verdad.
ParanormalDilian Manríquez, un chico que se ve con la dificultad de la reencarnación, tendrá que aprender a vivir e intentar cambiar los errores del pasado, así como la muerte de su amada, muchos misterios por resolver y responder a la pregunta "¿Qué me suced...