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Un íncubo es un demonio que se alimenta del deseo sexual de los humanos, van de un lugar a otro buscando el alimento perfecto, las víctimas solo llegan a percibirlo como un sueño bastante bueno. El objetivo principal además de su alimentación es dar a luz a más demonios. Hay una especie de "Reino" que rige lo que hacen y donde llevan una vida más o menos normal, pero una vez cumplen con los requisitos para salir al plano de los humanos son enviados totalmente solos para que aprendar a conseguir sus propias presas sin permiso de regresar más. Una vez que los íncubos dan a luz, las crías son enviadas de vuelta para ser educadas y posteriormente repetir el ciclo.

Ryeowook es un íncubo torpe pero con muchas ganas de aprender y valerse por si mismo, salió de su hogar y fue al mundo humano buscando personas por todos lados. Su apariencia era normal, muy parecida a la de los humanos pero sólo había un inconveniente. Todos los íncubos eran realmente lindos y eso hacía que llamaran la atención en la calle.

Al llegar al departamento que le fue asignado sólo encontró una muda de ropa y las cosas que usaban los humanos, algo de eso le habían enseñado, a comportarse como uno de ellos, a conseguir un empleo y también a usar las cosas que ellos solían usar en su vida diaria.

Sobre la mesa encontró un sobre y al abrirlo también encontró papeles e identificaciones para hacer mas fácil su mezcla en la sociedad.

-Kim Ryeowook...23 años...nací el 21 de junio en ¿SandokDong?...¿Que es ese lugar?...-dentro de la bolsa también había un móvil, los conocía porque había aprendido lo básico para usarlo y no verse tan desubicado, al encenderlo se sorprendió un poco, desgraciadamente su aprendizaje sólo había sido teórico y era la primera vez que tocaba algo así-valla...ellos tienen razón, esto es casi como magia...-botó el aparato por algún lado y tomó la ropa para mirarla-¿no tendré calor con esto?-su ropa hasta ese entonces era demasiado reveladora y tambien demasiado "vulgar" como se consideraba en la tierra. En su hogar esa era la ropa de diario y podría decirse que la menos reveladora, pero se trataba de adaptarse asi que rápidamente escondió sus alas y se cambió, no le desagradaba del todo el resultado final pero quizás solo sería cuestión de tiempo para acostumbrarse al cambio.

Merodeo por el pequeño lugar, no era de un tamaño muy diferente de lo que tenían en donde vivía antes pero si estaba bastante bien arreglado, los dormitorios de su colegio eran horribles.

Una vez estuvo listo y medio adaptado, salió de ahí y caminó por las calles, había muchas personas, había tantos olores deliciosos y tantos lugares en los que podía alimentarse pero no todos eran lo suficientemente buenos como para hacerlo, había oído hablar de eso cuando lo entrenaban. Almas que podían ser buenas pero si las consumía le harían daño severo y a menudo las crías nacidas de esas uniones eran inútiles para enviarlas de vuelta. Tenía que aprender bien a diferenciar.

Pasado ya unas horas, Wook se sintió muy triste pues no logró encontrar nada que realmente pudiera saciar su apetito. Iba de regreso para su apartamento cuando ese olor llegó a sus fosas nasales, sus ojos se abrieron grandes y comenzó a buscar como loco a su alrededor de donde provenía. Sintió ese inminente impulso de dejar salir sus alas y buscarlo donde fuera y eso hizo.

Se escondió en un callejón, volvió a su forma original y salió de ahí volando. Tenía una enorme suerte de no poder ser visto si no quería, los humanos lo llamaban "Ser invisible", buscó entre la gente, su cuerpo comenzó a sentirse más y más caliente con el sólo hecho de estar cerca de ese olor pero le era difícil encontrarlo entre todo ese mar de gente.

Vio a algunos compañeros pasearse sobre las personas que habían escogido, esos olores estaban neutralizados por sus demonios así que esas personas estaban totalmente descartadas, voló por unos minutos solamente y entonces lo vio. Un joven de cabellos negros que fotografiaba las ventanas de un local extraño.

-Eres...tal y como te imagine...-susurró parándose a su lado para observarlo mejor, sonreía de tal manera que sintió su cuerpo derretirse, entonces decidió que era él con quién quería tener su primera cría, debía ser él. Del interior de su bolsillo sacó una tarjeta con un extraño símbolo dibujado y se la pegó en la espalda, el chico de cabello oscuro sintió un escalofrio-eres mío ahora...

Voló a su lado toda la noche, sólo observándolo con un rostro de admiración que lo hacia ver como un idiota, su olor lo ponía en una situación difícil, y cuando fue hora de que volviera a casa se emocionó mucho más, lo vio comer cosas que no había visto jamás en su vida, y también lo vio tomar una ducha, sus ojos brillaron de un color rojo intenso en cuanto se desnudó y pudo ver por primera vez cada rincón de ese delicioso hombre, se detuvo en su entrepierna un buen rato, sin duda había escogido a un excelente espécimen para reproducirse y alimentarse, pero de pronto se sintió un poco aturdido, su "tamaño" era mayor al promedio y no sabía si podría lidiar con eso como primera opción. Además sus poderes de persuasión eran un poco frágiles, comenzaba a dudar de si mismo y de lo que haría.

Se quedó en uno de los rincones de la habitación, abrazando sus piernas y meditando sobre lo que haría, tenía demasiada hambre ya y ese chico acababa de recostarse para dormir, esta vez no habría una cafetería que le ofreciera suplementos y había utilizado demasiada energía para hacerse "invisible" por tantas horas. No tenía más opciones que armarse ya de valor, así que en cuanto el sueño de ese pelinegro llegó al punto exacto, se posó delicadamente sobre su cuerpo y le sonrió acariciándole la mejilla mientras pronunciaba un par de palabras clave para mantenerlo inmóvil.

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◍El Íncubo Virgen◍ ✿YeWook✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora