Gerard
Todos nos quedamos en silencio y me muerdo la lengua para no gruñir enojado. ¡La puta luz me sigue dando en la cara!
Miro de reojo a Sam, quién está a punto de lanzarse a atacar al oficial, el cual sólo hace su trabajo.
¿Pero por qué justo ahora?
Mickey me toca el brazo con la mano y esa es la señal. Debo calmarme, ya que ellos tienen un plan.
¿Cuál plan? Ni idea, pero espero que no implique el convertirme en una galleta crocante delante de todos, o le romperé las pelotas después de esto.
Sandra carraspea un poco y el policía dirige su atención a ella, quitándome la jodida linterna de la cara.
¡Hasta que al fin alguien hace algo por mí!
—Señor oficial...—Comienza ella con voz melosa. —No es necesario que bajemos del auto.
—Disculpe seño...rita, pero eso lo determino yo, no usted. Ese es mi trabajo.
Mickey gruñe un poco y siseo un poco a causa del dolor en mis encías.
Si me sigo molestando, terminaré por hincarle el diente al maldito oficial.
Y eso, no será un bonito espectáculo de apreciar.
Mickey se da cuenta de mi hostilidad y alarga el brazo hacia el oficial. —Si me disculpa, oficial...
Este le apunta con su arma a Mickey y eso es la gota que derramó el vaso. Me levanto un poco para atacar y Sam me toma del brazo con fuerza.
Ella, o es demasiado prudente, o demasiado estúpida para detener a un vampiro primigenio.
Gruño sin dirección alguna antes de sentir una fuerte presión en mi cráneo desde dentro. Sam se aprieta las sienes al igual que Mickey mientras yo caigo al suelo con un dolor lacerante en mi cabeza.
La única que no se inmuta es Sandra, porque incluso el oficial se dobla sobre sí mismo contra la puerta del auto. —Le dije, señor oficial, que no es necesario bajar del auto. ¿Sí comprende lo que le digo?
No puedo escuchar la respuesta del oficial, ya que un gran pitido infernal resuena en mis oídos y siento como este penetra hasta en el fondo de mi cerebro. Aprieto los dientes para evitar gritar de dolor, pero este es demasiado intenso para callarlo.
Y así, como vino el dolor, este desaparece de repente.
Sandra solo ríe ligeramente aniñada mientras me levanto del suelo del auto. Volteo mi mirada hacia Sam y ella está gimiendo nerviosa mientras sus manos tiemblan a más no poder.
Me acerco a ella y sus ojos están demasiado rojos y sangran al igual que sus oídos. ¡Joder! ¿Qué mierdas acaba de pasar?
El olor a sangre inunda el espacio cerrado y me muerdo la lengua tratando de controlarme. —¿Mickey estás bien? —Volteo a ver a Mickey quién está recostado en el asiento de copiloto igual de agitado y sangrante que su hermana, y un frío helado de instala en todo mi cuerpo.
En serio...¿Qué mierda acaba de pasar aquí?
El agente se endereza y un hilillo de sangre se desliza por su nariz, sin embargo no le presta atención, sino que al contrario, todo su enfoque está puesto en Sandra.

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House of Wolves [W #01]
FantasyElena Siempre he huido de mi pasado, algo que ha sido sumamente tormentoso para mí, pero comparado con el vivir en las calles y ante el desprecio de todos, ha sido mi pan de cada día para poder sobrevivir, esto último se siente como un alivio total...