XIV-V: O

227 30 53
                                        

???

Llego a la casa y me bajo del Mercedes, evaluando todo el perímetro del lugar.

Si se dieron cuenta de mi pequeña gracia de ayer, no han hecho nada para remediarlo.

Entrecierro los ojos ante la supuesta calma y presto atención a mi sentido de la audición por completo.

Aquí hay algo que no encaja.

No escucho nada fuera de lo común, sin embargo, trato de ser más consecuente.

Me concentro enteramente en mi sentido del oído y es ahí cuando le escucho.

Un leve silbido eléctrico.

Un hechizo.

Llamaron a las brujas.

Me echo a reír internamente y saco la nueva nota de mi abrigo, mientras me acerco al buzón y estiro la mano para abrirlo.

Apenas mis dedos tienen contacto con el material metálico, una fuerte corriente eléctrica me sacude por entero.

¡Putísima madre!

Me echo a reír con fuerzas y saco de mi abrigo una navaja.

A tiempos desesperados...medidas extremas.

Hundo el metal contra mi brazo estirándolo por toda su longitud, hiriéndome y dejando tras su paso, una estela espesa de un río carmesí.

Mis ojos brillan y fulguran de un calor intenso. El calor de la emoción.

Lo sé.

Lo siento en el fondo de mis cuencas.

En el fondo de mi pecho.

Sonrío y guardo la navaja debajo de mi abrigo, mientras paso la lengua sobre la sangre en mi brazo, tomándola.

Vas a dejar rastros.

Lo sé, y me importa una mierda.

Te van a descubrir.

No, no lo harán.

Te van a encontrar...

Es probable, pero solo me hallarán, cuando yo lo quiera.

Eres un maldito hijo de perra inconsciente.

Lo sé...y es algo que me excita.

Miro el buzón antes de escupirle mi sangre con desprecio. Veren kautta, joka antaa minulle auringon ja kuun voiman; Lähetän tämän paikan taikuuden jättämättä jälkeäkään minusta tai kävelystäni. —Estiro la mano hacia este y se remite un poco la electricidad que emite, hasta volverla soportable a mi tacto.

¡Voilá!

Mis labios se curvan más amplios y paso mi mano por la estela sanguinolenta que aún se escurre del brazo contrario, empapándola por entero.

Manchándola.

Llenándola.

Alejo la mano del buzón y la meto bajo mi abrigo, sacando la nota de este.

—Menuda sorpresa que te vas a llevar, Gerard. Ni siquiera con tus hadas y hechiceras, vas a poder escapar de mí.

Estampo mi mano manchada contra el papel, sellándolo con una nueva marca característica.

House of Wolves [W #01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora