XIII: Don't Stop If I Fall...

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Gerard

Subo rápidamente hasta el 3er piso y camino como alma que lleva el diablo, hasta la puerta del consultorio/habitación de Anaís y su esposo.

Presiono mi mano sobre mi pecho tratando así, de mitigar la creciente angustia que me genera lo que tenga que decirme ella del examen realizado a Elena.

¡Cálmate Wood! Todo va a salir bien.

¿De verdad?

Sí.

Exhalo largamente por la boca y abro la puerta con débil determinación.

Sin embargo...no estaba preparado para lo que me recibe al entrar.

Una pálida y maltratada piel de espalda está frente a mí, mientras que Anaís –quién está frente a mí y a Elena– aún sigue tomando una muestra de ella.

Ella.

Está...sin camisa.

El aire se atasca en mi garganta y toso al ahogarme con mi propia saliva.

¡Debo parecer un imbécil!

Siempre.

¡Cállate!

—¡Oh Gerard! Eso fue rápido.—Comienza Anaís, mientras Elena gira su cabeza al verme, muy preocupada.
Ella abre los ojos desmesuradamente y se coloca la camisa en un abrir y cerrar de ojos.

¡Muy buen movimiento chica! A pesar...de ser muy tardío.

Ella baja la cabeza y un intenso rubor cubre toda su cara, hasta el inicio de su cuello, logrando así destacarle un encanto... sublime.

¿Sublime? ¿Qué me está pasando?

—Pasa, no te quedes ahí parado. —Anaís me toma del brazo y camino reticente hasta el medio de la sala. Elena no se atreve a levantar la cabeza, mientras lucho con muchas fuerzas, para no ir contra ella y...

¿Y qué? ¿La vas a morder o...?

¡Calla!

Siento mi cara enrojecer y toso muy incómodo. De repente, un calor sofocante empieza a consumirme por dentro, así como siento que la ropa me está empezando a molestar.

¿Qué carajos está pasando?

¿Será un ataque humano?

¿Será mortal?

Me abro el segundo botón de la camisa, tratando así, de obtener más aire y combatir el calor intenso que me está consumiendo en este instante.

Anaís me mira interrogante y se cruza de brazos un tanto molesta. —¿Me estás escuchando? Llevo rato diciendo el diagnóstico de la chica.

¡Mierda!

—L-lo siento Anaís...emm...yo...¿Tienes el aire acondicionado apagado o qué? —Ella alza su ceja y toma el mando a distancia del aparato, para bajarle la temperatura.

—¿Así? —Una ráfaga de frío intenso cala por mis huesos, sin embargo, no detiene el fuerte calor que me está jodiendo en este momento.

—Emm, sí. Gracias. —Anaís asiente satisfecha y comienza a hablar de nuevo. Esta vez, intento ponerle toda la atención posible en su diatriba. —Como te iba diciendo, Gerard. La chica tiene un cuadro anémico muy fuerte, sin embargo, externamente se ve bastante "sana" para determinar el nivel del mismo, por lo que llevaré su sangre a un laboratorio, solo para verificar el grado de la anemia.

Asiento y suspiro algo agobiado. —Vale. Comprendo.

—También, encontré diversas fracturas de huesos...no solo de sus costillas, las cuales han tenido una pésima unión con el paso de los años.

House of Wolves [W #01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora