Capítulo diez

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Caitlin se removió en el suelo mientras abría los ojos con dificultad

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Caitlin se removió en el suelo mientras abría los ojos con dificultad.

—¿Dónde estamos? —murmuró viendo a Rebekah parada en las puertas del camión.

—Por fin despiertas, tienes el sueño pesado —la saludó agachándose a su lado —Bienvenida de vuelta a Mystic Falls..

—¿Qué hacemos aquí?

Antes de que Rebekah pudiera responderle, Stefan se levantó de un salto y algo confundido.

—Oh, el vive —se burló la rubia.

—¿Qué pasó? —cuestionó confundido.

—¿Aún te duele? Mi hermano ha estado rompiéndote el cuello toda la tarde —avisó la rubia —Tiene un mal temperamento.

—¿Por qué nos trajo de vuelta a Mystic Falls? —cuestionó viendo a las dos chicas.

—Puedes dejar de mentir —le exigió —No le costó mucho saber lo que estaban escondiendo.

La conversación seguía mientras Caitlin buscaba desesperadamente un poco de agua, tenía mucha sed. También le agradeció a la original con la mirada, era mejor que Stefan no se enterase de que ella había sido la que le contó a Klaus sobre que Elena estaba viva, aún no sabía por que lo había confesado tan fácilmente.

—¿Dónde está Klaus ahora? —la voz de Stefan la hizo volver a la realidad cuando encontró, por fin, una botella de agua.

—Con un poco de suerte, ya le habrá arrancado la cabeza a esa perra —ese esperanzó Rebekah.

—Cuidado, porque esa perra es mi amiga —Caitlin la apuntó con un dedo mientras lo decía.

A Rebekah no le dio tiempo de contestar, porque Stefan se le había lanzado encima sacándola afuera del camión y quedando en el suelo, encima de la original.

—¿Dónde esta ella? —gruñó Stefan.

—¡Oigan! ¿Por qué los vampiros no pueden resolver sus problemas civilizadamente? —cuestionó la castaña en reclamo.

—Realmente la amas ¿no? —cuestionó la original ignorando a la otra chica, empujó a Stefan y lo golpeó con una barra de metal —Considérame celosa —refunfuñó antes de clavarle la barra en el estómago.

—Supongo, que eso es un 'no'—Caitlin sonrió con nerviosismo, Rebekah empezó a caminar en dirección a la escuela —¡Bekah espérame! —exclamó empezando a seguirla.

—¿Me acabas de llamar Bekah? —le preguntó feliz, en los tiempos de su amistad, ella la llamaba de esa manera.

—Puedo llamarte Klaus en versión mujer, si no te gusta —se burló mientras entraban —Aunque es un apodo muy largo.

ɪᴄᴇ sᴘɪʀɪᴛ | ᴋʟᴀᴜs ᴍɪᴋᴀᴇʟsᴏɴ | ᴛᴠᴅ & ᴛᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora