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El día anterior había sido una completa locura, los muertos regresaron a la vida, Anna junto a ellos. Jeremy engañó a Bonnie con ella y Lexi había regresado también. Caitlin estuvo presente en su fallido intento de recuperar la humanidad de Stefan cuando Damon decidió que no confiaba en Mason Lockwood lo suficiente como para que ella los acompañara. Una estupidez, en su opinión.
—Entonces ¿Los Lockwood no tienen idea de que estos túneles estan en su propiedad? —preguntó Elena.
Alaric, Elena y Caitlin acompañaron a Damon a los túneles que Mason le había mostrado.
—Cuidado con las linternas, los murciélagos detestan la luz —recomendó el maestro.
—Pues yo no veo ninguno —señaló Caitlin mirando hacia el techo de piedra.
—Caitlin... —una voz susurró a sus espaldas.
La mencionada soltó un grito cuando Damon apareció de la nada.
—Maldito hijo de... —estuvo apunto de insultarlo pero la interrumpió.
—¿Te asusté? —inquirió el ojiazul con diversión.
—Solo ignóralo, es lo que yo hago —sugirió el maestro.
—No, solo soy una demente que le gusta gritar cuando está en una oscura y tenebrosa cueva —ironizó entre dientes, volviendo a caminar tras la chica Gilbert con Damon siguiendo su paso.
—Ya sabía yo que tenías que estar demente para ser su amiga —razonó la doppelgänger, provocando una mueca indignada del vampiro —¿Estás seguro de que no puedes entrar?
—Nop, parece que los Lockwood ancestrales son antivampiros —Damon se adelantó.
—¿Cómo que ancestrales? —preguntó Elena.
—¿No sabes lo que significa? Necesitas un diccionario —Caitlin se burló de su amiga, recibiendo una mala mirada de su parte.
—Mira por ti misma —el vampiro les mostró la entrada —Hasta aquí llego yo.
Los tres humanos pasaron sin problemas, alcanzando a ver unos dibujos antiguos.
—¿Qué es todo esto?
—Según alcanzo a ver, una historia —respondió Alaric.
—Debe ser muy antigua —murmuró Caitlin mirando los dibujos atentamente.
—Eso es cierto, ahí está el ciclo lunar —empezó a señalar con la linterna —Un hombre, un lobo.
—Los Lockwood —descifró la doppelgänger.
—Si, los diarios de los Lockwood. Versión ilustrada —comentó Damon.
—No lo entiendo —dijo Elena girándose hacia su maestro —Creí que los Lockwood vinieron con los fundadores en 1860.
