La sonrisa que había en mi rostro creo que no tenía comparación, estaba completamente segura de que nada podría borrarla, o eso pensé mientras tomaba la mano que Cedric me ofrecía cuando baje de su auto que estaba aparcado frente a mi casa. La noche ya había caído cuando decidimos que era hora de volver al mundo real, cosa de la que me arrepiento.
Puedo vislumbrar como la puerta de mi casa se abre de forma brusca para dejar ver a mi hermana que sale de ella siendo seguida por mi padre, me cuesta un segundo procesar las palabras que Bella le está dirigiendo a Charlie, incrédula ante semejante giro de los acontecimientos.
Pero lo que verdaderamente me hace despegar mis pies del suelo y hace reaccionar a mi cuerpo de su entumecimiento y letargo es esa mirada, esa mirada en el rostro de mi padre por las palabras de mi hermana, que me impulsan a empujar a Bella y correr hacia papá, para envolverlo en mis brazos y tratar de detenerlo y que se quede conmigo.
-Bella, puedo arreglarlo.- insiste papá zafándose de mi agarre y avanzando hacia mí hermana. Me apresuro a seguirlo ignorando el que me hizo a un lado para ir detrás de... ella.
-Papá yo puedo acompañarla, no te preocupes averiguare que le pasa.- consigo decir mientras corro a la otra puerta del auto, para asegurarme de que mi hermana no arrancara antes de que me suba, paso detrás del auto, aun con el temor de que decida pasarme el auto por encima.
Escucho a papá pidiéndole a Bella que lo piense mejor y ver como ella lo ignora y dice palabras crueles para detenerlo solo hacen que me impulse a subirme a ese auto junto a esa maldita sin corazón.
Una vez el auto sale del garaje y nos alejamos de la casa me da tiempo de darme cuenta que en ese momento había abandonado a Cedric, aunque mis cavilaciones no pueden ir muy lejos, cuando me giro hacia mi hermana que está conduciendo, más rápido de lo que lo hace usualmente, algo golpea la camioneta, justo el techo, la camioneta se estremece y mi hermana y yo gritamos, antes de que el rostro de Edward Cullen se deje ver en la ventana del lado del conductor.
Veo a mi hermana hacerse a un lado y a Edward entrar al auto para conducir, me apego más a la puerta pues mi repulsión por la persona a mi lado me impide el tolerar que siquiera la mínima parte de su cuerpo toque el mío.
-Alice está en el auto de atrás.- escucho decir a mi cuñado antes de recibir una mirada de completa reprobación de su parte.
-Él jamás va a perdonarme.- escucho decir a Bella.
-Lo hará, leí su mente, era la única forma.- a este punto de la conversación me encuentro confundida.
Los dos enamorados intercambian un par de palabras más antes de que el auto se detenga y yo sea capaz de vislumbrar la casa Cullen justo frente a mí. Obligo a mi cuerpo a salir del auto y con pasos temblorosos sigo a la pareja que se dirige a la casa con paso presuroso. Al entrar veo a Edward atacar a un hombre de color y que parecía salvaje, tanto que me aterro completamente cuando sus ojos rojos se posaron en mí. Mientras hablaba de un tal James y una tal Victoria sus ojos seguían cualquier movimiento que hiciera. Me hice a un lado cuando fui consiente que pasaría junto a mí, no fui capaz de verlo partir porque alguien me arrincono completamente a la pared, protegiéndome.
-Cedric.- dije en un hilo de voz al notar que ese alguien no era más que él.
-No te pasara nada, Arabella.- dijo con calma, pero su rostro, su mirada y su cuerpo en tensión me dieron las pistas que necesitaba para entender lo que ocurría a mí al rededor. Una furia invadió cada fibra de mi cuerpo en grandes oleadas, nunca había sentido un sentimiento tan devastador, sentía mi sangre burbujear y por un momento mi ira me segó.
Fue como un impulso, tan grande que en menos de lo que pensaba ya estaba en movimiento, no era capaz de percibir nada de lo que estaba a mi alrededor más que mi objetivo, me plante frente a mi hermana y con toda la rabia que sentía en ese momento, deje mi mano volar para aterrizar en la mejilla de mi hermana mayor.
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𝕆𝕝𝕧𝕚𝕕𝕠 | 𝕷𝖆 𝕳𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓𝖆 𝖉𝖊 𝕭𝖊𝖑𝖑𝖆 |
FanfictionOlvido | "Acción, voluntaria o no, de dejar de recordar". Yuanfen. Así los describían muchos. No era para menos. Ese principio que define esos amores que nacieron predestinados. Ellos lo eran. A veces no importa que estés predestinado a encontrar a...