Llegamos a Arizona más rápido de lo que imagine, está de más decir que dormí todo el camino, no deseaba pasar tiempo con mi hermana, y ahora estaba condenada a compartir una habitación con ella en un hotel ¡Bendita sea mi suerte!
Jasper y Alice no eran de mucha ayuda, y no era que quisiera ser cruel. Se debía a que Alice estaba siendo muy... Alice. Estaba intentando que me "reconciliara" con mi hermana, también había intentado que comenzáramos con la planeación de mi futura boda con Cedric, algo que en realidad no quería hacer justo ahora, cuando no lo tenía a mi lado, cuando quería ocultar todo el asunto de mi boda de Bella, no la quería metida en medio de algo que era muy importante para mí, ya ella había destruido suficiente de las cosas que me importaban.
Había alterado mi paz mental.
Había destruido el corazón de papá.
Había alterado el hogar que habíamos construido juntos.
Seguía enojada con ella por eso.
Jasper era capaz de entender eso.
Alice no mucho.
Jasper me ayudaba a parar a su esposa con la insistencia de planear mi boda.
Jasper intentaba calmar la ira que sentía cada vez que veía a Bella, su preocupación por Edward me enfermaba, ni un solo segundo la había visto mal por lo que le había hecho a papá, eso solo lograba aumentar mi enojo. Ella no había parado de llamar a mamá, y como siempre la condenada mujer jamás atendió el teléfono.
Eran largos días de espera, sin noticias, sin llamadas, sin nada.
Por otro lado yo no había parado de hablar con papá por mensajes, asegurándole que todo estaba bien, que estábamos en nuestra casa esperando a mamá y que no tenía nada de qué preocuparse.
Ojalá hubiese previsto lo que pasaría, quizás podría haberlo evitado. Luego de hablar con papá pensé que todo seguiría en esta horrible calma. La calma antes de la tormenta.
Todo comenzó a torcerse. Y no fui consciente de ello.
Estaba recostada en el sofá de la pequeña sala de nuestra habitación de hotel, cuando Bella salió de la habitación y se unió a nosotros. Alice comenzó a tener una visión que le mostraba el estudio de ballet al que asistimos cuando éramos niñas. Una llamada entró en mi teléfono. Conteste de inmediato con manos temblorosas.
-¿Si?- pregunte temerosa.
-Vida mía,- suspiré de alivio nada más escucharlo.- Ya voy por ti. Perdimos al rastreador, pero no debes preocuparte tu papá está bien. Y tu también lo estará. Solo espera por mi. Volveremos a Forks y planearemos nuestra boda en paz y tranquilidad.- podía imaginármelo sonriendo en ese momento. Pensar en volver a casa a su lado era un sueño.
-Suena maravilloso. Cuídate si, yo estoy perfectamente no debes preocúpate por mi, te conozco.- lo escuche reír a través de la línea, suspire mientras sentía la tensión abandonando mi cuerpo poco a poco.- No va a pasarme nada, te lo prometo cariño.
-Debes cumplir tu promesa señorita. Debo colgar, ya esta por partir el avión. Te amo, no lo olvides.
Sonriendo como tonta.- Jamás, tu tampoco olvides lo mucho que te amo. Nos vemos en un par de horas.
Colgó.
-¿Estás segura de esto Bella?- pregunte aún insegura de todo esto, a pesar de ya estar en el taxi a su lado con rumbo a ese estudio de ballet.
-Si tu no estás segura puedes bajarte y dejarme en paz. Ya te dije que,- bajo el tono de voz para que el taxista no escuchara.- tiene a mamá. Debemos salvarla.
-El podría matarnos antes de que eso ocurra, a las tres.- susurré como voz trémula. No quería morir. Tenía sueños y una vida por delante para morir tan joven.- No quiero morir Bella.- exprese mi temor en voz alta por primera vez desde que me subí a este barco suicida.
-Es mamá, Arabella. Es una buena forma de morir.
Y ahí murió nuestra conversación.
Lo demás ocurrió muy rápido. Era una trampa. Y yo estaba tan asustada que no lo note. Mi último pensamiento coherente antes del horrible final que me esperaba fue que ojalá Cedric pudiera llegar a perdonarme.
-¡Arabella! ¡Cuidado!
Para cuando la ayuda llegó, en forma de Edward Cullen, no sirvió de mucho. El se centró en salvar a su novia y se olvidó de la más joven de las hermanas...
Carlisle acudió en la ayuda de su primer hijo y auxilio a la castaña mayor. Cuando escucho el grito desgarrador de su otro hijo, Cedric.
-¡Carlisle! ¡Maldita sea! ¡Haz algo, ahora!- rugió como un animal herido. Y fue inmediato. Una onda roja surgió desde el joven pelinegro que los golpeó a todos con fuerza. Carlisle hizo lo mejor que pudo con la castaña pero debían llevarla a un hospital con urgencia, demasiada pérdida de sangre, muchos huesos fracturados.
-Cedric... - se escuchó con dificultad y entrecortado. Arabella Swan había recobrado la consciencia era bueno y malo en partes iguales el dolor que sentí era agonizante. Una tortura. Lloriqueo, se quejo y tosió. Le costaba respirar y el dolor hacia su vista borrosa, sentía como la vida se le escapaba de las manos, respirar era un infierno. -Por... favor...- sangre salió de su boca y no fue capaz de enfocar quien estaba frente a ella.
-Vas a estar bien. Lo juro ¡Carlisle!- sentía algo acariciando su cabeza, esa voz... Cedric... sus pensamientos no eran coherentes.
Cedric.
Repetía su mente constantemente.
Todo fue oscuro.
Cedric Cullen lo último que escucho antes de dejar de escuchar el corazón de su prometida fueron unas palabras que rompieron su corazón y su alma.
"Lo siento"
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𝕆𝕝𝕧𝕚𝕕𝕠 | 𝕷𝖆 𝕳𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓𝖆 𝖉𝖊 𝕭𝖊𝖑𝖑𝖆 |
FanfictionOlvido | "Acción, voluntaria o no, de dejar de recordar". Yuanfen. Así los describían muchos. No era para menos. Ese principio que define esos amores que nacieron predestinados. Ellos lo eran. A veces no importa que estés predestinado a encontrar a...