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Habia amanecido, se podian escuchar los sonidos de la ciudad y uno que otro parajito canturreando, tal cual una pelicula de princesas. El calor le comenzaba a hacer bochorno bajo las grandes colchas de la cama por lo que poco a poco fue despertando percibiendo un aroma masculino mezclado con el suavizante de las colchas que inundó sus fosas nasales. Lentamente salió de las colchas estirando su cuerpo para sentir comodidad y despertar, todo esto con los ojos adormilados, finalmente abrio sus ojos dejando ver una recamara bastante grande con una gran alfombra que forraba la parte de la cama, muebles de madera que se veian bastante caros, pero lo demas era bastante sensillo, tenia dos grandes ventanales, y las paredes eran un color marfil y el piso era de madera.

Rapidamente cayo en cuenta de que no se encontraba en su casa ya que asi no lucia su habitacion, pudo notar que se encontraba con una camiseta que no era de su propiedad, debajo solo traia sus bragas y comenzo a recordar lo que paso el dia de ayer, se habia ido con aquel tipo atractivo del club nocturno, para poder dejar a Nha en su apartamento pero poco despues ella cayo completamente dormida y no supo que paso durante la noche, claramente revisó su cuerpo y al no notar nada mal pudo descartar el mal presentimiento de que posiblemente haya osado algo malo.

Intento  buscar sus pertencias pero no hubo rastro alguno de estas, justo ahora podria pensaba que estaba secuestrada pero para su suerte su hermano mayor le habia enseñado defensa personal. Gracias a que la camisa le quedaba casi como un vestido salio de aquella habitacion, de inmediato pudo escuchar unas voces en la planta baja, todas voces masculinas, bajo poco a poco las escaleras y en su campo visual se pudo persivir cinco siluetas, camino poco a poco acercandose a la mesa donde aquellas personas se encontraban desayunando.

Llamo la atención de los presentes, por lo que de inmediato se sintió incómoda por las miradas tan penetrantes que estos le daban.

Ran, tu novia ya despertó— avisó su hermano menor.

Qué tal, linda— hablo Ran— veo que despertaste, por favor acompáñanos a desayunar— la invito moviendo una silla a su lado, ella solo hizo caso y se sentó con los demás, se sintió pequeña al estar entre ellos.

Gracias—susurro de manera audible para el más alto.

No es nada, puedes tomar lo que quieras— le indico haciendo que mirara toda la mesa.— te vez incómoda— murmuró— No son personas tan malas, así que quédate tranquila — sonrió de manera amigable intentando que Azishima se sintiera más tranquila y cómoda.

No mordemos, posiblemente si matemos pero no eso— mostró una gran sonrisa el pelirosa— Soy Sanzu, nena— guiño y después metió una gran porción de panqueques a su boca.

No le hagas caso a mi hermano, es un idiota— acto seguido le dio un sape en la cabeza, provocando que comenzara ahogarse con su desayuno.— Takeomi, es un gusto.

Dejen ser unos cerdos en el desayuno, que acaso no puedo guardar mi comida en mi estomago?— le paso la leche a Sanzu para que pudiera dejar de ahogarse— Por lo menos porque hay visitas , soy Koko— la miro de vuelta con una expresión más calmada.

Perdón por el desastre, si tan solo vieras como son las comidas— miro con cansancio a otro lado— Soy Rindō, el hermano de Ran.

Es un gusto, soy Azishima— dijo entre risas por la situación de los chicos, Ran le miro con una sonrisa al escuchar como reía— no se preocupen, no me causa ningún problema.

Después de ello, olvido por completo lo de anoche, parecían ser personas buenas, pero posiblemente estaría mal confiar.

Sin más comenzó a desayunar un par de huevos con algunas verduras, mientras escuchaba cómo peleaban en la mesa.

Dark Red. (Ran Haitani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora