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Ran— llamó nuevamente su atención— Exactamente, que quieres conmigo?

El solo se quedó callado sin decir nada, no le dirigió la mirada y solo siguió centrando su atención en el camino.

No nos conocemos, si te parece bien podemos conocernos, tú tienes la elección— desvió su mirada a la ventana, mirando como algunos peatones transitaban las calles de lo que parecía ser Shibuya.

Antes de que pudiera recibir una respuesta del pelimorado su teléfono comenzó a sonar calmando la cierta tensión que se había causado en el ambiente. Tomó su celular mirando el nombre de quien le llamaba, tuvo que aparcar a un lado de la calle para poder contestase.

Qué pasa, Rin?— respondió la llamada mientras miraba a la pelirroja.

Izana se fue, dijo que tenía asuntos familiares y que no se podía quedar— hablo si hermano al otro lado, habían quedado en cenar todos.

Llegó en quince minutos—colgó la llamada y decidió encender el motor para poder llegar donde sus amigos.

Azi solo le miro esperando una respuesta cosa que no recibió por lo que solamente se quedó callada esperando llegar a su destino lo más rápido posible.

Minutos después entraron al restaurante en el que estaban cenando los amigos de Ran, subieron a la terraza donde se encontraban todos disfrutando del la barra de tragos.

Oí!— hablo el pelirosa mientras se acercaba a la filipina— Pero que tenemos aquí, cómo estás linda?— se acercó besando su mejilla con una sonrisa coqueta.

Hola, estoy muy bien— sonrió algo incomoda por la repentina cercanía, busco de manera rápida el brazo de Ran para que el chico no se le acercara tanto.

Déjala en paz, Sanzu—la tomó de la mano para llevarla cerca de su hermano quien se encontraba comiendo un plato de Ramen. Azi le saludó con la mano y el le regresó el saludo de la misma manera. — Que quieres pedir? Aquí esta la carta— le entrego la carpeta de piel que tenía finta elegante.

Debes probar este platillo, esta excelente— le dijo el menor de los Haitani mientras masticaba lo que tenía en su boca— prueba— tomó una porción con los palillos y la extendió hacía sus labios, ella abrió la boca para poder probar el platillo, una vez lo probó sus ojos se iluminaron y como niña pequeña pidiendo una cajita feliz en McDonald's.

Ran!! Quiero lo mismo que Rindō— pidió eufóricamente mientras lo tomaba la mano, el solo asintió con una sonrisa mirando lo feliz que ella se veía.

Levantó la mano llamando la atención del mesero, para después pedirle los platillos que querían degustar— Quieres algo de la barra, linda?—le preguntó a la menor y ella asintió.

Un mojito de Kiwi y arándanos— pidió mientras leía la carta, poco después el mesero anotó el pedido y se retiró.

Como te fue hoy?— preguntó el más alto, ella le miro con una sonrisa al ver cierto interés.

Bien, no se si agradecerte pero mi jefe dejó de hacer sus comentarios sobre mi cuerpo y ropa— le contó con un tono sereno, pero rápidamente cambió a uno triste y desanimado— sin embargo sigo harta del viejo verde de mi jefe, encontré a una de mis compañeras del área de marketing en el baño...—suspiró— estaba llorando y mi jefe intentó tocarla, tiene 19 años y entro hace un mes... me desespera no  poder hacer nada...si llego a hacer algo seguramente me van a despedir y adiós a mis pertenencias— su ánimo bajo al recordar a la chica llorando descontroladamente por lo que le había sucedido, sabía el pánico que eso causaba, por ello se quedó con la chica en el baño intentando calmarla y apoyarla.

Dark Red. (Ran Haitani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora